La Arquidiócesis de México calificó como un "error" del gobierno del presidente Felipe Calderón señalar que en la falta de control en la venta de armas en los Estados Unidos está "prácticamente toda la culpa del crecimiento de la violencia que vive nuestro país".
Explicó que al final es nuestro país el único responsable de lo que ingresa al territorio mexicano, "legal o ilegalmente, a través de conductos de desconocidos o por las aduanas donde, por cierto, la corrupción es escandalosa y más que evidente".
La Iglesia Católica aseguró que "el Estado mexicano vive una batalla contra el tiempo que debe encarar sin miramientos, porque en la medida en que éste avance -sin asumir acciones concretas, esperando a que Estados Unidos actúe- más mexicanos perderán la vida a causa de armas de fuego".
A través del semanario “Desde la Fe” la jerarquía de la Iglesia Católica consideró como "débiles los argumentos de quienes han encontrado en los trágicos hechos de Estados Unidos una oportunidad para adjudicarle a esa nación toda la responsabilidad de la violencia desalmada, con que se conducen en México los grupos criminales, al facilitar la compra de armas, que terminan por introducirse en nuestro territorio de forma ilegal".
La jerarquía religiosa consideró que si bien es conveniente que las autoridades de Estados Unidos ejerzan un mayor control en la adquisición de armas por parte de los civiles y que colabore más ampliamente con México para evitar el tráfico de armas, eso "se antoja inviable" no sólo porque implica modificaciones a su Constitución, sino porque están de por medio intereses inmorales, tanto políticos como económicos.
En un escenario así la Iglesia Católica aseguró que "es un error del gobierno mexicano querer convencer de que las leyes estadounidenses tienen prácticamente toda la culpa de crecimiento de la violencia que se vive en México".
Bajo el nombre "Batalla contra el tiempo" aseguró que esta situación, en donde los grupos de la delincuencia, los civiles y al interior de las familias hace uso de las armas, es una realidad y "el Estado no puede esperar más para asumir su responsabilidad, no sólo con acciones concretas para un mayor control de sus fronteras, a fin de erradicar el tráfico de armas, sino promoviendo con ahínco los valores y empezando por educar para la paz a las nuevas generaciones".
Recordó que lo ocurrido en el cine Aurora, Colorado, que dejó 12 muertos y 59 heridos fue provocado por un solo hombre fuertemente armado hizo levantar las voces en aquel país y exigir un mayor control en la adquisición de armas por parte de civiles, pero esa no es la única causante de este tipo de acciones criminales, afirma.
Son muchas más las razones, el trasfondo es mucho más complejo que hunde sus raíces en la falta de valores, "empezando por el respeto a la vida humana, y en esto, la Iglesia en México ha insistido ante las muchas masacres de las que hemos sido testigos en los últimos años".
