Damasco arremetió hoy contra los países árabes que han "financiado y alentado" las últimas deserciones de diplomáticos sirios en el extranjero, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país.
El ministerio criticó a los "funcionarios que optaron por abandonar sus lugares de trabajo en las legaciones diplomáticas y dirigirse a una capital árabe específica, que les financia y alienta para que deserten a cambio de ofertas".
En la nota, el Gobierno sirio no precisó qué ciudad o estado está apoyando las deserciones, aunque en otras ocasiones ha acusado abiertamente a países como Catar o Arabia Saudí de contribuir a la oposición al régimen de Bachar al Asad.
Damasco minimizó, además, los últimos casos de deserciones después de que ayer el embajador sirio en Emiratos Árabes Unidos, Abdelatif al Dabag, abandonase su puesto y se uniera a las filas opositoras, como hizo su esposa Lamia al Hariri, que estaba trabajando como representante diplomática en Chipre.
El comunicado oficial apunta que Al Dabag era investigado por el Ministerio y no ejercía su puesto de embajador en Abu Dabi desde junio pasado, mientras que su esposa estaba gestionando la representación de Siria en Chipre a la espera de que fuera designado un embajador o encargado de negocios para ese país.
Las autoridades sirias se refirieron también al caso de otro de los últimos desertores, Mohamed Tahsin, e indicaron que este no era embajador, sino un funcionario administrativo en la embajada de Omán que iba a jubilarse en los próximos meses.
En declaraciones, Emad Hosari, dirigente del Consejo Nacional Sirio (CNS), el principal órgano de la oposición en el exilio, remarcó que estas declaraciones del régimen buscan "levantar la moral de sus representantes diplomáticos por temor a que aumenten las deserciones".
El primer embajador sirio que desertó fue el que estaba destinado a Bagdad, Nauaf al Fares, que anunció el 11 de julio su separación del régimen de Bachar al Asad por "las terribles masacres" cometidas.
A estas deserciones se han unido otras de militares como la del general de brigada Manaf Tlas, que pertenecía al círculo más próximo de Al Asad y era oficial de la Guardia Republicana, el cuerpo de elite del régimen.
Tlas es el oficial sirio de mayor rango que ha desertado de las filas del régimen desde que comenzó la rebelión a mediados de marzo de 2011.
