Doble crimen. Con dificultades, empleados de la funeraria y agentes policiales bajaron el cadáver de uno de los hombres asesinados.
Padre e hijo fueron asesinados cuando se encontraban en su domicilio del fraccionamiento Loma Real II, por dos individuos armados que llegaron a bordo de un taxi.
El doble crimen ocurrió a las 11:30 horas en la calle Everest número 8522 del citado fraccionamiento, donde fallecieron Jairo Raymundo Flores García, de 21 años y su padre, Raymundo Arturo Flores Robles, de 38 años de edad, según lo manifestado por sus atribulados familiares.
De acuerdo a las primeras investigaciones, como a las 11:30 horas, Raymundo Arturo y su hijo se encontraban laborando en su casa, que también utilizaban como taller de herrería.
De pronto, llegó un automóvil tipo taxi de donde descendieron dos individuos con armas largas y al irrumpir a la casa, padre e hijo corrieron hacia el interior para tratar de protegerse.
Las balas alcanzaron primero al joven cuyo cuerpo quedó tendido en la sala, en tanto que Raymundo Arturo pudo salir al patio trasero y subir a la azotea con la ayuda de una escalera, pero el agresor fue tras de él hasta la azotea.
Cuando Raymundo Arturo intentaba escapar por las azoteas, también las balas lo alcanzaron y cayó en el techo de una vivienda que da hacia la calle Jalla, muriendo segundos después, en tanto que los agresores se retiraban dejando llorando a una mujer de edad mayor.
Al lugar acudieron poco después los agentes de la Policía Municipal, del Grupo de Armas y Tácticas Especiales, (Gates), de la Policía Federal, Estatal y del Ejército Mexicano.
Más tarde se constituyó en el lugar el agente investigador del Ministerio Público de Homicidios, acompañado de los peritos de la Procuraduría y agentes de la Policía Investigadora del Estado.
En la azotea, los peritos localizaron cinco casquillos percutidos de calibre 7.62 X 39, de los utilizados por los "cuerno de chivo". El cadáver presentaba varios impactos de bala en la cabeza y diferentes partes del cuerpo.
Hubo necesidad que los agentes policiales ayudaran a los empleados de la funeraria que acudió a recoger los cadáveres, para bajar el cuerpo de Raymundo Arturo con el apoyo de una cuerda, camilla y escalera.