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Así habló Zaratustra

GILBERTO SERNA

"Si me preguntan mi voto se lo daré al ganador o, en su caso, a la ganadora", me dijo con insolencia mientras liaba lo que sería un cigarro de hoja, de esos que vienen en un saquito, de los que se decía o fumas o platicas. Con gran parsimonia me dijo después de ensalivar la hoja con la lengua, "me gusta jugar a lo seguro". Al poco tiempo, después de vaciar tabaco y doblar uno de los extremos, lo encendió con un fósforo. Aspiró con evidente deleite, disfrutando el humo que llegaba a sus pulmones, tosió con fuerza en un falso intento de limpiar su garganta. He sido testigo de procesos electorales desde que Miguel Alemán Valdés figuró como candidato a Presidente, siguió diciendo. De entonces a acá asistí a doce ceremonias. La cantaleta no ha cambiado. Promesas y más promesas. Desde el robo grosero de urnas hasta la manipulación cibernética de los resultados. Se usaron máquinas electrónicas para que el ciudadano votara, pero la desconfianza popular se dijo "es la misma gata sólo que revolcada". En cada ocasión se ha hablado de que hubo fraude. Los ciudadanos recelan. No ha habido respeto al voto.

No, dijo, generaciones van y vienen, pero todo sigue igual o peor. Los dueños del país no permiten ningún cambio. El viejo sacó un pañuelo mugriento limpiándose la barbilla. Lo estamos viendo ahora cuando un representante de la más rancia aristocracia se dice ¡revolucionario! Empero es recibido por la prole como el mesías que los sacará de las garras de la miseria. El otro varón ahora de cabeza blanca, chaqueteó a su partido original y dejó que aprovecharan su personalidad para aumentar peculios personales, puede ser que tenga magníficos propósitos, sin embargo recordemos que el camino del infierno está empedrado precisamente de buenas intenciones. La mujer carece de experiencia política, su única ventaja es precisamente el de ser mujer, lo malo para ella es que el horno no está para bollos. No hay escuelas en que se estudie para ser Presidente sin embargo, se hace camino al andar y en ese aspecto su currículum no muestra que sea la dama de hierro que necesita nuestra depauperada nación. Luego el viejo viendo que el cigarrillo se le había apagado volvió a encenderlo mientras tosía con tal fuerza que parecía arrojaría los pulmones por la boca, caray esta tos me va a matar, pensó el anciano.

El joven aspirante no se ha sustraído a la influencia de quienes lo rodean, dice que no puede darle la espalda a su familiar al que le debe toda su carrera política; sueña que los vecinos son fieramente golpeados y las mujeres ultrajadas por su Policía. El aspirante vetusto vive de sus glorias pasadas; y una pesadilla lo atosiga: el empate técnico se cierne sobre él como un fantasma que amenaza con volver a aparecer en un agitado sueño del que despierta sudando diciendo esto es un complot. La mujer parece soñar que filma una película en que ella es Eva y ellos sus dos Adanes, perseguidos por hordas de gángsteres, en tanto el pastel se le quema en la estufa. Afuera se escuchan las ominosas ráfagas de metralletas y los gritos de dolor de inocentes. Lo que en veces le impide conciliar el sueño, es una pregunta la tiene en ascuas: no soy María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández,, ¿podré luchar por mi propia independencia?, ¿cómo deshacerme de esa carga? , en las noches un fantasma no la deja descansar, es una maestra que le dice: de mi cuenta corre que tú no llegarás.

De los tres candidatos sólo AMLO tiene experiencia en estos asuntos, aunque no muy grata, sabe cómo se las gastan los señores del poder en este país. Los otros dos son novicios, Tanto ella como él. Su paso por el poder no ha sido un día de paseo por la alameda escuchando el canto de las aves cantoras. Ha levantado tormentas en quienes lo ven como un peligro para sus intereses. La realidad es que lo que consiguieron aquéllos con gran facilidad, a López Obrador le han costado sudor, lágrimas y sangre. Ha de estar pensando como Winston Churchill: "el éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse". El revés no ha sido el único. Cuando entregó las famosas cajas de cartón que contenían los documentos que demostraban el financiamiento en la campaña de su contendiente a la gubernatura de Tabasco. Se le dio posesión del cargo a su oponente. El poder se dejó sentir. Así habló Zaratustra, que era el nombre del anciano que fumaba cigarros de hoja. Se quitó el sombrero de paja y limpiándose la frente, dijo. El país necesita un cambio, hace mucho se los dije, pero no me han hecho caso. En su salud lo hallarán.

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