Pide libertad. Un estadounidense secuestrado por Al Qaeda ruega a Barack Obama por su liberación.
La CIA engañó desde el principio a Al Qaeda.
El mes pasado, los servicios de espionaje estadounidenses se enteraron de que la rama en Yemen de Al Qaeda pretendía lanzar un ataque espectacular utilizando un nuevo tipo de bomba, casi indetectable, a bordo de un avión con destino a Estados Unidos, dijeron funcionarios.
Sin embargo, el hombre con que los terroristas contaban para realizar el ataque en realidad era un informante que trabajaba para la CIA y los servicios de espionaje de Arabia Saudí, revelaron ayer martes funcionarios estadounidenses y yemeníes.
La dramática operación encubierta frustró el ataque antes de que siquiera tuviera oportunidad de concretarse. Se trata del más reciente intento fallido de Al Qaeda, que en repetidas ocasiones ha estado cerca de detonar una bomba a bordo de un avión de pasajeros. Para Estados Unidos, fue una victoria que además le permitió a los servicios de inteligencia norteamericanos hacerse de la bomba intacta, para estudiarla.
Los funcionarios hablaron con la AP bajo condición de anonimato debido a lo delicado de la operación. La cooperación del terrorista potencial fue informada por primera vez ayer por el diario Los Ángeles Times. El FBI todavía está analizando el explosivo, que estaba destinado a ser escondido en la ropa interior de un atacante suicida que viajaría como pasajero.
Los funcionarios dijeron que era una versión mejorada de la bomba que no estalló a bordo de un avión sobre Detroit en la Navidad de 2009. Esta nueva bomba no tenían componentes de metal y utilizaba un producto químico -azida de plomo- que se suponía iba ser un detonante en el complot de 2010 para atacar aviones de carga, dijeron los funcionarios.
Los procedimientos de seguridad en los aeropuertos de Estados Unidos se mantuvieron sin cambios ayer, un reflejo tanto de la confianza de Estados Unidos en sus sistemas de seguridad como del reconocimiento de que el gobierno no puede esperar de manera realista que los viajeros toleren mucho más.
Además, el aumento de los costos y las demoras a las compañías aéreas y empresas de transporte podría tener un impacto económico global.