Un atacante suicida detonó ayer domingo un coche bomba frente a una iglesia en el centro de Nigeria, en tanto que hombres armados atacaron otra iglesia en el noreste del país, en un nuevo episodio de violencia religiosa que mató al menos a tres personas y dejó varias decenas heridas.
En Jos, una ciudad en la divisoria entre el norte de Nigeria -mayoritariamente musulmán- y el sur cristiano, el atacante suicida condujo su vehículo cargado de explosivos hasta la iglesia evangélica Todos Ganan, dijo Mark Lipdo, que dirige un grupo cristiano llamado Fundación Stefanos.
La explosión mató a dos feligreses y al atacante suicida, además de lesionar a más de 40 personas, dijo un mando policial. El funcionario habló bajo condición de anonimato ya que la información no debía ser difundida a la prensa.
El mando policial advirtió que seguramente otras víctimas morirán debido a la gravedad de sus heridas. Mientras tanto en Biu, una ciudad en el estado nigeriano norteño de Borno, varios atacantes dispararon contra una iglesia de EYN, siglas el en el dialecto local de "Iglesia de los Hermanos en Nigeria" durante un servicio religioso, dijeron varios testigos.
Un empleado del centro murió y varios más resultaron heridos, dijo el reverendo Samson Bukar, El comisionado de la Policía estatal de Borno, Bala Hassan, confirmó el ataque y dijo que sus agentes lo investigan.
Refuerzan vigilancia en Costa de Marfil
La Operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI) garantizó que protegerá a la población, tras la muerte el pasado viernes de siete cascos azules y ocho civiles y el desplazamiento de centenares de personas por el miedo a los ataques de grupos rebeldes.
"Vamos a seguir protegiendo a las poblaciones, con más determinación que nunca, y para ello la misión tomará todas las medidas que sean necesarias", aseguró ayer Bert Koenders, jefe de la ONUCI, en una entrevista difundida por la emisora local Radio Paz.