Atento a tus pasos
Como padres siempre nos preocupamos por la salud de nuestros hijos. Por eso, desde que están dentro del vientre materno, se deben de tener los cuidados necesarios para que el bebé tenga un buen desarrollo, y una vez afuera, mantener una buena comunicación con el pediatra para detectar de manera oportuna cualquier padecimiento que pueda afectar a nuestro hijo.
Uno de los padecimientos que puede detectarse de inmediato, cuando nuestro hijo nace es el ‘pie equino varo’. ¿Qué es este padecimiento? El doctor Antonio Urbina López, especialista en Traumatología y ortopedia, nos explica: “El pie equino varo es una deformidad de los pies, en el que los pies están hacia adentro y hacia abajo, asimilando las patas de los caballos, de ahí su nombre ‘equino’ por la posición hacia abajo y ‘varo’ por la posición hacia dentro. Es una deformidad común, uno de cada mil nacidos vivos presenta esta deformidad y es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres”.
Su causa exacta se desconoce, pero hay algunas teorías que podrían servir para tratar de explicar su origen. Estas son las más comunes:
Origen congénito.
El niño comienza a crecer demasiado en el útero de la madre, a tal grado que ya no cabe y sus pies se empiezan a doblar y se quedan así.
La parte media del pie no se desarrolla adecuadamente y la parte externa sigue creciendo, y la hacerlo, los pies toman esta forma.
Todos los tejidos de la parte media del pie empiezan a madurar, a volverse duros y tensos, entonces deja de desarrollarse esta parte y el área externa del pie crece demasiado, tomando la forma ‘hacia dentro y hacia abajo’.
Todas las posibles causas involucran el crecimiento del feto en el vientre de la madre, por lo tanto esta deformidad puede detectarse mediante el ultrasonido, sin embargo no se puede hacer nada para corregirla hasta que nace el bebé.
Afuera de la madre
Una vez que nace el niño, y aún cuando en el ultrasonido no se haya detectado la deformación de los pies, el diagnóstico es clínico, es decir, con el simple hecho de ver al niño, el médico reconoce que tiene este problema y debe canalizarlo a un especialista para corregirlo de inmediato. “Cuando nace el niño, lo mejor y el tiempo más adecuado para empezar a tratarlo son los primeros días de nacido”, asegura el doctor Urbina. “El diagnóstico es clínico, tú ves al niño y por el hecho de verlo sabes que es un pie equino varo. Es entonces cuando empieza el tratamiento”.
Para los médicos, existen pies ‘reductibles’ y pies ‘no reductibles’. “Hay casos en que al colocar los piecitos en una posición normal, el piecito toma esa forma, se queda ahí, pasan los días y el pie solo se va extendiendo”. Sin embargo, también hay casos en los que el pie está completamente duro, y para darle una forma normal, se pueden emplear varias técnicas correctivas y quirúrgicas.
Método de Ponseti
Se trata de un método de corrección a través de la colocación de yesos cada semana, para comenzar a darle la forma normal al pie. Se pueden emplear hasta un máximo de 12 yesos. Hay niños que corrigen la forma del pie ‘varo’ con esta técnica, pero la forma ‘equino’ persiste, entonces se debe de hacer una cirugía de corrección.
Tenotomía percutánea del tendón de Aquiles
Ésta es una cirugía en la cual se corta el tendón de Aquiles para corregir la forma ‘equino’ (hacia abajo) del pie del niño. Después de la cirugía, se coloca un yeso por 4 semanas para que el tendón cicatrice solo y el niño quede con sus pies normales.
Liberación posteromedial
En esta cirugía se abre la pierna a la mitad para retirar la fibrosis excesiva, se colocan unos clavos, para que con éstos y el yeso, los pies se mantengan en la posición normal.
“Se va realizando el tratamiento conforme el médico ve la evolución del niño. Nada es ley, porque todos los organismos son diferentes. Algunas veces los niños responden con el yeso, entonces ya no es necesaria la cirugía”, asegura el Doctor Urbina.
Después del tratamiento
Una vez que se logran acomodar los pies del niño, se puede asegurar que tendrá una marcha normal. “Hay unas férulas que se llaman férulas en abducción, unos zapatitos unidos a una barra de acero, que se van usando en las diferentes etapas del desarrollo del niño, ya sea o antes de operarlo, o después de las cirugías para mantener el pie en la posición normal; es lo que se trata de hacer con el yeso, pero esto es más rígido”. En cuanto a los ejercicios, lo mejor es caminar lo más que se pueda. “No hay ejercicios específicos para el pie equino varo, lo mejor es que el niño se ponga a caminar, que empiece a mover el tobillo, así fortalecerá todos los músculos de la pierna y de los pies”, asegura el médico.
El tratamiento es favorable y efectivo hasta en niños de 4 años, pero ¿qué pasa si un caso de pie equino varo no es atendido a tiempo? El doctor Urbina explica: “Si el niño nació con sus piecitos así y no recibe tratamiento, así va a crecer… va a caminar, pero no lo va a hacer con la planta de los pies. La parte del medio y de atrás del pie se va haciendo cada vez más rígida, se van pegando los tejidos, los huesos se van deformando, él va a caminar pero en lugar de caminar con la planta, va a caminar con el dorso de los pies, y cuando llegue a una edad adulta será muy difícil corregir este problema”.
Como padres, es necesario identificar los trastornos que desde el vientre materno se van presentando en nuestros hijos y hacer todo lo posible para remediarlos. No debemos de hacer caso omiso a estos trastornos, al pensar que ‘solos’ van a desaparecer. No olvidemos que nuestro compromiso es darle una mejor calidad de vida a nuestros hijos.
Por lo general el trastorno equino varo siempre es bilateral, afecta a los dos pies. Sin embargo hay casos en los que sólo afecta a un pie. En esta situación, al recibir el tratamiento correctivo, ese pie será un centímetro más corto respecto al otro, al igual que la pierna. Cuando el problema es bilateral, también se reduce un centímetro de pie y pierna, pero el problema no resulta evidente.