Francia expulsó a más inmigrantes ilegales el año pasado que en cualquier otra época, anunció el gobierno el martes con tono orgulloso, en un evidente intento por captar votos de los sectores antiinmigrantes para facilitar al presidente Nicolas Sarkozy ser reelegido para un segundo mandato.
La ministra del Interior, Claude Gueant, dijo que Sarkozy quiere expulsar este año a miles más y que haya menos extranjeros afincados legalmente en Francia. Todo el que quiera estar en el país, agregó, debe desprenderse de sus tradiciones y abrazar los valores y estilo de vida francés.
El presidente conservador es impopular en algunos sectores y encara una dura campaña electoral entre la izquierda y la resurgente extrema derecha con miras a los comicios presidenciales de abril y mayo. Sarkozy no ha anunciado oficialmente su candidatura aunque se da por descontado que se postulará a un segundo mandato.
Gueant resaltó la trayectoria del gobierno e insistió que las autoridades francesas expulsaron a 32,912 inmigrantes ilegales en 2011, un aumento del 17,5% frente a 2010.
"El resultado es 5 mil más que el objetivo inicial decidido al comienzo del año. Es la mayor cifra hasta ahora", agregó la ministra y para este año el gobierno quiere elevar la cifra a 35 mil.
En referencia a uno de los comentarios favoritos de Sarkozy, Gueant insistió que los inmigrantes deben integrarse más y mejor.
"Nos oponemos ... a las vidas en clausura por razones étnicas o religiosas, aquellos que viven conforme a sus propias leyes", dijo Gueant a los reporteros. "Los extranjeros que recibimos deben integrarse. Depende de ellos adaptarse a nosotros, no al contrario".
El comentario fue una referencia a la prohibición francesa de cubriese el rostro conforme a una ley aprobada en 2010 cuyos partidarios sostienen que defiende la libertad de la mujer. Francia cuenta con la comunidad musulmana más grande de Europa.