Se debe actuar. El Presidente del Tribunal de Justicia del Estado consideró que, ante las denuncias que se hicieron públicamente, las autoridades están obligadas a investigar.
Que los inquilinos del Albergue Indígena de Santa María de Ocotán no permitan la entrada a las autoridades para que se investigue lo que ahí ocurre no debe ser impedimento para que se aclare la situación en la que viven.
"Precisamente tienen que investigarse para saber si son o no usos y costumbres porque no está impedida la autoridad, al contrario, debe investigarlo para poder afirmar contundentemente que es parte de un uso y costumbre y poderlo respetar", manifestó el presidente del Tribunal de Justicia del Estado, Apolonio Betancourt Ruiz, ante la situación en la que están.
Dijo que cuando algunos usos y costumbres son ilícitos no se pueden respetar. "Precisamente hay normas que van desapareciendo de usos y costumbres o costumbres y usos que son inadecuados para el desarrollo humano y de una comunidad que deben ir desapareciendo en la medida que va llegando la civilización".
Agregó que reconocer usos y costumbres es una cuestión de autoridad y que en los casos en los que no se atente contra los derechos humanos pueden respetarse.
Al referirse a la denuncia de abuso sexual a menores que hizo pública la Fundación Semilla, dijo que son acciones que deben ser reprimidas. "Esos usos y costumbres pueden reorientarse adecuadamente sin agredir a la comunidad, sin obligarlos. Pero cuando tienen comunicación y relación con otra comunidad es legítimo ese cambio. Si salen de su comunidad también salen de sus usos y costumbres", precisó.
PIDEN APOYO
Mientras tanto, los inquilinos del albergue indígena de Santa María de Ocotán, ubicado en la calle Alberto Terrones, acudieron el pasado martes a la Secretaría General de Gobierno donde negaron las denuncias de abuso sexual infantil y pidieron que no se hagan señalamientos sin probar.
Refirieron que la casa les pertenece y fue rescatada por los entonces gobernador y diputado local, Ángel Sergio Guerrero Mier y Adán Soria Ramírez, respectivamente.
Asimismo, solicitaron la reparación de los baños, un portón, una barda, una puerta, pintura, brochas y materiales diversos de limpieza y jardinería para hacer el aseo diario. Adicionalmente, pidieron energía eléctrica subsidiada, un profesor de la SEED para que los 20 niños que hay puedan estudiar y que se hable con los vecinos para que no se ofendan con su presencia. "Porque nos dicen que no nos bañamos pero cómo nos vamos a bañar si están descompuestos los baños".
Como respuesta, se les dijo que se investigarán sus necesidades para poderlas atender.
DIFÍCIL ACCESO
El secretario de Desarrollo Social, Francisco Javier Hernández Flores, coincidió con la postura del DIF Estatal al declarar que es muy difícil atender los requerimientos que se tienen en dicho albergue por las costumbres de quienes lo habitan.
Refirió que en el sexenio pasado se rehabilitaron los baños por parte del DIF Estatal pero "hay que decirlo claro, los baños no duraron mucho tiempo en buenas condiciones", indicó.
Añadió que antes de que se hiciera pública la denuncia de Fundación Semilla, el DIF Estatal convocó a varias dependencias para solucionar la problemática que se registra pero no se les permitió el ingreso. "Mientras no nos permitan la entrada ni podamos tener un control para que lo que hagamos se use de manera adecuada, es complejo para nosotros seguir invirtiendo dinero", expuso.
Comentó que si hay gente viviendo en este lugar lo ideal sería construir una especie de Villa para la individualización de las familias y separación de los niños por género.
Añadió que este asunto es delicado y complejo, pese a lo cual, desde hace varios meses, hay disposición de hacer un estudio y las inversiones que sean necesarias. "Pero mientras la comunidad no nos permita el acceso, no nos permitan trabajar en equipo con ellos y no tengan la disposición de tener las puertas abiertas a la autoridad, de nuestra parte va a ser muy complejo que podamos hacer acciones de fondo", manifestó.
