Evidencias. Autoridades capitalinas efectúan las diligencias correspondientes en el conjunto de cines de Plaza Ermita.
Luego de una serie de estudios de balística, la Procuraduría General Justicia del Distrito Federal (PGJDF) determinó que la muerte del menor de 10 años que recibió un disparo en la cabeza en una sala de cine de Cinépolis en Plaza Ermita fue por una bala perdida.
El subprocurador de averiguaciones previas central, Edmundo Porfirio Garrido, y el perito en criminalística Anselmo Apodaca explicaron que las pruebas que encontraron en el lugar de los hechos señalan que no se hizo disparo alguno dentro de la sala y que la ojiva 9 milímetros que penetró en la cabeza del pequeño Henrik provino de afuera y atravesó el techo de la sala.
El experto explicó que según los estudios, la bala no fue disparada directamente al techo laminado sino que siguió una trayectoria en descenso que atravesó primero 12 centímetros de lámina con fibra de vidrio, luego un espacio de dos metros hasta llegar a un plafón falso y finalmente recorrer seis metros más hasta alcanzar la cabeza del niño que se encontraba en el asiento 16 fila E de la sala.
Mencionó también que durante la revisión se halló otra ojiva 9 milímetros en el techo y que ésta no ingresó a la sala, de tal forma que se analiza si esta otra bala pertenece a la misma arma o fue disparada con otra del mismo calibre.
El subprocurador mencionó también hace una investigación y cierra un círculo en la zona para buscar a posibles testigos cuya declaración pudiera llevar a la identificación y localización de los probables responsables de este homicidio.
Ante los hechos, la delegación Iztapalapa clausuró el cine argumentando que el complejo carece de señales de salidas de emergencia.
