La base temporal para evaluar los resultados de un gobierno de la república es el sexenio. En estos momentos se producen muchísimas opiniones sobre la actuación del gobierno que agoniza y se hacen igualmente muchas especulaciones sobre el gobierno que iniciará este próximo sábado primero de diciembre.
La mayoría de las opiniones y/o evaluaciones se orienta como es lógico a la inseguridad en la que queda nuestro país, nuestros estados y nuestros municipios. El color tinto aparece en todas ellas y no hay mucho que decir en cuánto a expectativas de solución. El otro tema es el económico, el cual debiera en otras circunstancias, ocupar el primer sitio del análisis, pero no es así, los resultados macroeconómicos que si bien han evitado las crisis económicas recurrentes en las que se disminuía de manera terrible nuestra capacidad adquisitiva y nuestro ahorro, no se han expresado en otros temas como el de la pobreza, el empleo y el medio ambiente, entre otros.
En el aspecto ambiental, el sexenio del Presidente Felipe Calderón se caracterizó por una contradicción explícita entre lo que se declaraba en foros internacionales y lo que se hacía a nivel nacional. El Presidente Calderón fue un ambientalista en el contexto internacional, de hecho se convirtió en un líder de prácticamente todas las regiones del mundo, que planteó los riesgos de los países en desarrollo frente al calentamiento global y el cambio climático, y que tuvo su máxima expresión como anfitrión de la Décimosexta Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (La COP 16) llevada a cabo en Cancún en 2010; en esta Cumbre la Secretaria de Relaciones Exteriores Patricia Espinosa Cantellano tuvo una actuación destacada facilitando acuerdos y promoviendo resultados concretos, no obstante, los avances en los temas cruciales como la reducción de las emisiones de gases de efecto de invernadero y el financiamiento de la conservación de bosques y selvas de la COP 16 fueron muy magros.
A nivel nacional, los grandes problemas de la Agenda Ambiental como el del agua, la calidad del aire, la contaminación del suelo, la deforestación y la pérdida de biodiversidad siguen vigentes y en aumento.
La pésima gestión del agua en México ha provocado que de ser considerado un país con abundante agua ahora sea uno con estrés hídrico. De acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional del Agua la disponibilidad de agua en México ha caído cerca de 75% en los últimos 60 años. Para el abastecimiento público, urbano y doméstico, el 62% del volumen de agua concesionada es extraído de los mantos acuíferos, y las principales ciudades del país se abastecen a costa del agotamiento de estas fuentes. Por otro lado, más de 25% de los mantos acuíferos están sobre explotados, siendo la agricultura y la ganadería la principal causa de este problema. Los acuíferos subterráneos de la Comarca Lagunera son un ejemplo de este grave problema, en los cuales, la sobreexplotación ha ocasionado que disminuya alarmantemente el nivel del agua y como consecuencia se incrementen las sales que contienen arsénico, poniendo en riesgo la salud de los habitantes.
La afectación de humedales es un problema que también se relaciona con la gestión del agua, en el norte de México en el estado de Coahuila, la administración federal actual deja la deuda del cuidado y conservación de Cuatrociénegas. Muchas cosas se dijeron que llevarían a cabo y muy pocas se hicieron, el riesgo de afectar la biodiversidad endémica por las actividades económicas sigue vigente.
De acuerdo con expertos, la pérdida de superficie forestal en México, varía entre 500 mil y 600 mil hectáreas por año. Si esto es correcto, la pérdida de biodiversidad por destrucción de hábitat se ha incrementado y la pérdida de suelo por erosión también.
Como puede verse, a la nueva administración federal que entrará el próximo sábado, le espera un buen posicionamiento internacional, pero también una crisis ambiental nacional. En esta tesitura, lo que a nosotros nos queda es la incertidumbre de la novedad y de un plan ambiental poco claro.