Integrantes de Belén Casa del Migrante realizaron el lavatorio de pies a más de 200 inmigrantes hospedados en la posada.
"Es un acto desinteresado por parte de las personas que ayudamos en la casa y que recibidos a los migrantes que tanto han sufrido en su viaje", declaró el sacerdote Pedro Pantoja.
Indicó que el lavatorio de pies, parte de la celebración pascual, fue un acto de humildad para pedirles perdón por la humillación de la que han sido objeto en su paso por México.
La escenificación significa un rescate de las víctimas en su trayecto por buscar el bienestar económico que su país no les ofrece.
"Me dio pena que nos lavaran los pies, estamos tan acostumbrados al desprecio que es bien raro para nosotros que nos besen los pies", declaró un migrante salvadoreño que participó en la escenificación.
Durante el desarrollo de la misa realizada en el patio de la posada, quedó en evidencia la falta de espacio, agua y comida que hay, a lo que el sacerdote Pantoja dijo que las necesidades apremiantes de la posada es la falta de agua y alimento.
Recalcó que el mantenimiento de la casa asciende a casi tres millones de pesos al mes y sólo logran subsistir con las "pequeñas donaciones de la comunidad".
Pedro Pantoja, expresó que la prioridad es luchar para rescatar los derechos de los migrantes a través de las estructuras gubernamentales.
Asimismo, reconoció que la sociedad saltillense ha cambiado su comportamiento hacia los migrantes, ya que el número de personas que ayudan a la posada ha crecido.
"La sociedad ha cambiado mucho, tenemos jóvenes universitarios y de grupos apostólicos que nos ayudan a darle voz a los que no la tienen", manifestó Pedro Pantoja.
En relación al Gobierno Estatal, comentó que no reciben ayuda, al mismo tiempo que lamentó la indiferencia con la que se ha comportado con este sector de la comunidad.
"Son diez casas del migrante en todos los estados fronterizos y la posada de Saltillo es la única que no cuenta con ayuda del gobierno", aseveró el sacerdote.