Violencia. Bomberos libaneses apagan el incendio en un edificio cercano al lugar donde explotó un coche, en la zona cristiana de Achrafiyeh, en Beirut, Líbano.
Una bomba que estalló en un barrio predominantemente cristiano de Beirut mató a por lo menos ocho personas, incluido un funcionario de seguridad, causó destrucción material y provocó la huida despavorida de heridos sangrantes por las calles, en el ataque más grave en la capital libanesa en más de cuatro años.
La Agencia Nacional de Noticias informó la muerte del general de división Wissan Hasan, jefe de la unidad de inteligencia de la Policía.
Decenas de personas resultaron heridas. Aunque se desconocía inmediatamente el motivo del ataque, muchos libaneses plantearon la posibilidad que se relacione con la guerra civil en la vecina Siria.
Las tensiones se han agravado en el Líbano a causa de esa guerra y han estallado enfrentamientos entre partidarios del presidente sirio Bachar al Asad y los simpatizantes de la rebelión contra su régimen. La oficina de un partido político cristiano antisirio está situada cerca del lugar de la explosión, aunque no se sabía si había sido el blanco elegido.
La explosión se produjo en una calle estrecha a media tarde en el barrio de Acharafie, un área de cafés y comercios. La calle quedó convertida en un montón de escombros, hierros retorcidos y vehículos calcinados.
Los heridos sangrantes salieron de sus casas mientras otros trataban de asistir a los lesionados graves. Una niña, al parecer inconsciente y con una hemorragia en la cabeza, fue llevada a una ambulancia en brazos de un rescatista, con las zapatillas blancas teñidas de rojo.
"Yo estaba cerca, en la Plaza Sassine cuando oí una fuerte explosión y corrí hacia el lugar", dijo el residente Elie Jalil. Dijo que vio por lo menos a 15 personas sangrantes en un parque de estacionamiento cercano hasta que llegaron los paramédicos y los llevaron a un hospital.
Agentes de seguridad y trabajadores de la Cruz Roja dijeron que hubo ocho muertos y 60 heridos, veinte de ellos graves. Hablaron con la condición del anonimato por no estar autorizados a hacer declaraciones a la prensa.
La agencia noticiosa oficial dijo que los heridos eran 78, pero otros reportes indican que fueron al menos 110.
El ministro de salud Ali Hussein Jalil instó a todos los hospitales a aceptar a los heridos de esta "explosión terrorista".
El Líbano fue conmovido por una serie de explosiones y otros ataques que comenzaron en 2005 con un ataque suicida que mató al exprimer ministro Rafik Hariri y a más de veinte personas en el centro de Beirut. En los años siguientes fueron asesinadas varias personalidades antisirias, algunas por explosivos en vehículos. Muchos libaneses culparon a Siria por las matanzas, aunque Damasco negó responsabilidad.
El último ataque grave fue en 2008. Desde entonces reinaba una calma relativa. Después que comenzó el levantamiento contra Assad en marzo de 2011, ha habido tiroteos esporádicos entre facciones favorables y opuestas a Assad, particularmente en el norte del Líbano. Las divisiones sectarias también se agudizaron, un ingrediente peligroso en un país desgarrado por una guerra civil de 1975 a 1990.
"Me preocupa mucho el país después de esta explosión", afirmó ayer Charbel Jadra, residente de Beirut. "Me preocupa que vuelvan las explosiones... y ésta es apenas la primera".
Siria y el Líbano comparten una compleja red de vinculaciones y rivalidades políticas y sectarias, con repercusiones a uno y otro lado de la frontera. Los suníes en el Líbano han tendido a respaldar a los rebeldes sirios, mayormente suníes, mientras que el poderoso movimiento chií Jezbolá es un aliado clave de Assad.
La bomba de ayer viernes estalló también cerca de las oficinas del Partido Falangista Cristiano, un grupo político antisirio. Otro bloque antisirio, la Alianza 14 de Marzo, también tiene oficinas cercanas.
Condenan atentado
El gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, condenó enérgicamente el atentado perpetrado en la plaza Sassine, en Beirut.
"México reitera su rechazo al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, al tiempo que transmite sus más sinceras condolencias al pueblo y gobierno libanés, así como a los familiares de las víctimas".
Por su parte, EU condenó el "acto terrorista" y aseguró que no tiene información sobre los responsables, pero recordó las "tensiones" que ha provocado en Líbano el contagio del conflicto en Siria.
"Estados Unidos condena en los términos más fuertes posibles el ataque terrorista de hoy en Beirut", dijo en un comunicado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tommy Vietor. "No hay justificación para usar el asesinato como una herramienta política", apuntó.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, condenó la muerte de Hasan, "que era un fuerte defensor de la seguridad de Líbano y de su gente", y consideró que el ataque es "una señal peligrosa que siguen existiendo quienes buscan socavar la estabilidad del Líbano".
Oposición libanesa exige dimisión del Gobierno
La coalición antisiria 14 de marzo, que representa a la oposición libanesa, exigió la dimisión del Gobierno tras el atentado que costó la vida al jefe de la Inteligencia de la Policía, Wisan Hasan, y otras dos personas en Beirut.
En un comunicado, el portavoz Ahmad Hariri pidió la renuncia "inmediata" del Ejecutivo del primer ministro, Nayib Mikati, porque "mantenerlo sería ofrecer cobertura y protección a los criminales para que continúen con sus planes".
Tras mantener una reunión de urgencia, la oposición libanesa destacó que "las fuerzas del mal comenzaron a actuar con el asesinato de Hasan", y responsabilizaron directamente a Mikati de lo ocurrido.
Asimismo, la coalición solicitó a los libaneses que participen en los funerales por las víctimas durante la jornada de luto nacional decretada.