"Lo que hay es una conjuración para la rapiña."
Germán Dehesa
No debo haberme portado muy bien en estos últimos meses porque hoy en la mañana que me asomé en la enorme bota de bombero que codiciosamente dejé en la entrada de mi casa no encontré nada. Los Reyes Magos simplemente pasaron de largo.
La envidia me corroe, sin embargo, cuando veo que otros, que no creo que se hayan portado mejor, han recibido generosos presentes de los sabios de oriente. Todos los políticos que conozco, de hecho, exhiben en estos días amplias sonrisas de satisfacción.
Algunos ni siquiera han regresado de sus vacaciones. Para ellos el puente Guadalupe-Reyes no concluye hoy sino el primero de febrero, cuando empieza el próximo período ordinario de sesiones. Pero no trabajarán mucho ni siquiera entonces porque será el último período de la actual legislatura y todos los senadores y diputados estarán ocupados en buscar la próxima parada de su carrera política.
Los que sí trabajan, y mucho, son los que ya están en campaña para los comicios del primero de julio. Josefina, Santiago y Ernesto aparecen por doquier en anuncios de radio y televisión. Andrés ha tapizado el país con espectaculares en los que aparece sonriente y amoroso. A Enrique se le ve menos, pero ha sido una presencia constante en televisión durante años.
Los Reyes Magos parecen haber sido particularmente generosos con nuestros políticos. Éstos pueden darse el lujo de saturar a los mexicanos con un caudal sin precedentes de anuncios de radio y televisión que van de lo insulso a lo insultante y sin pagar un solo centavo a las emisoras que les dan el espacio y les construyen el rating. El dinero que los políticos les quitan a los contribuyentes, mientras tanto, ha aumentado en lugar de disminuir y además obtienen aportaciones privadas que se utilizan a veces para gastos en efectivo, para compra de votos o para fortalecer su patrimonio personal.
El carnaval de las campañas ha empezado a pesar de que la ley señala específicamente que las campañas no pueden comenzar antes de marzo de este 2012. En México el que hace la ley hace la trampa. Las calles están plagadas de anuncios de políticos que ya tienen un hueso, pero aspiran a otro nuevo en el futuro. No puede uno estar tranquilo en casa sin que llegue una llamada telefónica en la que una grabación nos recuerde las virtudes de un aspirante o de otro. Los registros de los precandidatos se hacen con cientos o miles de acarreados. Todo eso cuesta dinero.
Los Reyes Magos han sido muy generosos con los políticos. Este año han empezado a gastar un presupuesto de 3.7 billones de pesos, el mayor en la historia de nuestro país. Los gobiernos de los estados se endeudan con cantidades multimillonarias y dejan la responsabilidad de pago a las siguientes administraciones. Todos los políticos afirman ser austeros, pero todos gozan del mágico privilegio de gastar el dinero de los contribuyentes. Viajes, asistentes, comilonas, vinos, camionetas blindadas, escoltas: la vida de los políticos es costosa, pero no para ellos.
Las estadísticas nos dicen que en México el gasto gubernamental, en lugar de reducir la desigualdad, como en los países desarrollados, la incrementa. La clase política se sirve con la cuchara grande mientras que los subsidios se otorgan a los más ricos o a quienes pueden financiar o apoyar las campañas electorales.
Yo entiendo por qué los Reyes Magos no me dejaron a mí ningún regalo en mi sobredimensionada bota de bombero, pero veo que han sido extraordinariamente generosos con los políticos. El problema es que ellos no se portaron mejor que yo o que usted.
LA BATALLA
Hay "que sentirse orgullosos de dar esa batalla, que al final de cuentas es la batalla por nuestras familias, por la libertad, para que podamos seguir viviendo en paz y tranquilidad". Ernesto Cordero, el precandidato panista, expresa así su apoyo por el combate contra el narco, que el presidente ha dicho no debe ser considerado como una guerra.
Twitter: @sergiosarmient4
