Representantes de la FIFA inspeccionan los estadios. (AP)
Las autoridades brasileñas y los dirigentes de la FIFA quieren cerrar el capítulo de sus recientes diferencias para concentrarse en los preparativos para la Copa del Mundo de 2014.
La aprobación de la ley del Mundial en una comisión del Congreso encaminó los preparativos para el torneo, después de la incertidumbre ocasionada por fuertes intercambios de palabras que obligaron a la FIFA a disculparse con el gobierno.
Pero a dos años del Mundial, y a un año de la Copa de Confederaciones, todavía falta mucha infraestructura y hay preocupación por los atrasos en la construcción de algunos estadios.
Los inspectores de la FIFA están en Brasil para visitar las ciudades sede y revisar el progreso en todas las áreas.
Todo parecía sombrío hace unos cuantos, en medio de cuestionamientos sobre si Brasil estaría en condiciones de albergar el certamen.
El detonante se produjo la semana pasada, cuando el secretario general de la FIFA Jerome Valcke deslizó un duro mensaje sobre los preparativos brasileños: "Tienen que apurarse, darse una patada (en el trasero)".
La respuesta brasileña fue de pura indignación. El ministro de Deportes Aldo Rebelo calificó de "inaceptables, insultados e inapropiados". También se le advirtió a la FIFA que el gobierno no tendría más tratos con Valcke.