Está comprobado que en México existen distintos tipos de izquierda y ópticas diametralmente opuestas sobre lo que buscan para el país de cara a los siguientes años. Al momento de escribir el texto del que hoy hago entrega para esta casa editora, finaliza la administración de Marcelo Ebrard al frente del gobierno de la capital del país, y asume como titular el doctor Miguel Ángel Mancera, quien cabe aquí destacar, nunca ha militado en las filas del PRD si bien simpatiza con muchas de las posturas incluyentes y de carácter progresista que fueron el sello de Ebrard durante sus seis años como Jefe de Gobierno. Reconozco y aplaudo mucho de lo realizado en materia de derechos humanos, respeto a las libertades democráticas y el impulso por hacer de la ciudad de México algo más acorde a las características que observan las grandes capitales del mundo en sociedades avanzadas. También cabe mencionar el impecable manejo de crisis del gobierno, así como la atención y respuesta a las inquietudes de los ciudadanos a través de las redes sociales.
Pese a tantos eventos populares de fuerte tufo electoral -conciertos, playas en plena plancha del zócalo, pistas de hielo- , el haber tolerado los desmanes que ocasiona el SME y demás grupos de choque, y las obras de relumbrón mal hechas, pésimamente planeadas y ejecutadas, Marcelo Ebrard deja un saldo positivo y se va con un alto índice de aprobación entre los capitalinos. Ya veremos, de cara a la elección de 2018 y el ostracismo que podría significar no tener a la mano los reflectores que confiere tan visible cargo -el segundo más importante del país-, si dicho capital político se traduce en votos que lo lleven al paraje que desde hace tiempo ha expresado su intención de ocupar: la Residencia Oficial de Los Pinos.
Le deseo al Dr. Miguel Ángel Mancera, cuya capacidad de toma de decisiones y discurso lo aleja del político tradicional al que estamos acostumbrados, una administración exitosa. Ojalá y en los siguientes meses consiga deshacerse de ciertos lastres y compromisos del ala radical de la izquierda -omito nombres, pero me llega el sabor a pejelagarto al escribir- que en ningún sentido representan lo que los millones de ciudadanos que votamos por él queremos ni para la izquierda, ni mucho menos para la capital. En principio, recomendaría regalarles a dichos sujetos un viaje todo pagado a la luna. Un viaje, claro está, sin retorno…
EL PACTO POR MÉXICO
Parece que la clase política nacional finalmente cae en la cuenta del enorme descrédito y mala fama del que gozan ante a los ojos de la opinión pública y hoy se dicen dispuestos a hacer las cosas de manera distinta y a dar resultados en aras, indican, de lograr acuerdos que beneficien al país, así como a sacar adelante las tan largamente postergadas reformas. En el marco de la ceremonia que tuvo verificativo en el Castillo de Chapultepec, se dieron cita los representantes de los poderes ejecutivo y legislativo, así como los presidentes nacionales del PRI, PAN Y PRD, entre otros. Aplaudimos el acuerdo -ya hablaré del mismo en otra entrega- y quedamos a la espera de los resultados. Hasta no ver…
Por cierto, el sospechoso de siempre condenó el Pacto por México pues ya sabemos -y no nos sorprende- su proclividad a echar por tierra cualquier iniciativa que no se ajuste a su medieval y paranoide visión de las cosas.
VIAJES PONCHITO
Ayer por la mañana amanecimos con una imagen que dice más que mil palabras. El expresidente de México Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, aterrizaron sonrientes en el Aeropuerto Nacional Libertad de Newark, que se ubica entre las ciudades de Newark y Elizabeth, en el estado de Nueva Jersey. Mientras que algunos líderes sindicales –y sus hijas, por ejemploaparecen en las páginas de los periódicos dilapidando los dineros del erario en el flete de aviones o bebiendo tintos de a mil dólares la botella en restaurantes de postín, trascendió que el exmandatario y Doña Margarita realizaron el vuelo hacia Estados Unidos en la primera fila de la clase turista.
Se pueden señalar aspectos negativos –muchos- sobre la administración calderonista, sin embargo hasta ahora nadie ha puesto en duda la honorabilidad del expresidente y su familia. Felipe Calderón es, en lo financiero, un hombre probo.
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