Lectura. Ayer, en el marco del Día Mundial del Libro, adultos continuaron con la lectura ininterrumpida en Iztapalapa.
Diego Lugo, estudiante de segundo semestre del Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente, invitó a tres de sus amigos a leer 5 minutos en el Jardín Cuitláhuac de la delegación Iztapalapa antes de ir a la escuela; no sólo quería sumarse al reto de imponer el Récord Guiness por 400 horas de lectura ininterrumpida, también demostrar que "en Iztapalapa nos gusta leer" y que es mucho más que una demarcación marcada por la violencia.
Ese muchacho de 16 años de edad oriundo de uno de los barrios de esa demarcación, fue uno de los más de mil 600 lectores -hasta ayer lunes- que se han sumado a la "Jornada de lectura para sembrar miles de lectores", que arrancó el pasado 9 de abril. Llegó por su propio pie, no esperaba un par de puntos como los que ganaron los cuarenta y tantos chicos de sexto año de la primaria Cerro de la Estrella.
"Me interesaba venir porque muchas personas, más que nada de la escuela, dicen que en Iztapalapa hay muchos rateros, gente que no estudia y que tiene el mayor déficit de estudiantes, que son de los peores que les va en los exámenes; quiero demostrar que no, que también hay gente que le gusta estudiar, leer y que le gusta aprender cosas nuevas", señala Lugo, quien aún duda entre estudiar biología o política. Sus amigos lo siguen y se registran para leer un fragmento de cualquiera de los libros que la Coordinación de Difusión Cultural de esa delegación ha dispuesto para tal hazaña. Esperan concluir la jornada el jueves 26 alrededor de las cinco de la tarde con la presencia de gente de Guiness World Records.
En el Día Mundial del Libro, niños, adultos y empleados siguieron con la lectura que arrancó el 9 de abril, allí leyeron María Isela Salazar y Jehu López Sánchez, dos chicos cuya única lectura ha sido "El caballero de la armadura oxidada"; allí, una muchacha luchó por no perder el hilo de la lectura mientras pasaba un cortejo fúnebre en medio de la carpa donde el cronómetro marcaba 336 horas 34 minutos y 49 segundos de lectura porque una de las reglas dice que se pierde el récord si hay 30 segundos de silencio.
Esa ha sido la más larga de las jornadas, pero no la única que se celebró leyendo la obra de escritores nacionales e internacionales en universidades, delegaciones, espacios culturales, bibliotecas y explanadas. Bram Stoker, William Shakespeare, Miguel de Cervantes, Charles Dickens, Sor Juana, Juan Rulfo y Alfonso Reyes fueron recordados por su obra; también escritores vivos participaron en el segundo día de actividades de la Fiesta del Libro y la Rosa, organizada por la UNAM.