Los abogados de Julián Zapata Espinoza, alias "El Piolín", buscan revertir la confesión de culpabilidad de su cliente, señalado como responsable del asesinato del agente estadounidense Jaime Zapata en 2011 en San Luis Potosí.
"Necesito saber qué pasó cuando él estuvo bajo custodia de las autoridades mexicanas", señaló al diario “My San Antonio” Ron Earnest, un abogado de Washington asignado para representar al presunto miembro del cártel de "Los Zetas".
Zapata Espinoza confesó haber participado en el crimen del agente aduanal antes de ser extraditado a los Estados Unidos por la Procuraduría General de la República (PGR).
Sin embargo, Earnest asegura que interpondrá mociones ante la corte para anular cualquier declaración que su cliente haya hecho, esto bajo el argumento de que "El Piolín" fue víctima de coerción.
Los fiscales que llevan el caso de Zapata dijeron al juez Royce Lamberth que se encuentran compilando una revisión de las investigaciones de las autoridades de México y Estados Unidos, que comprenden reportes tanto en español como en inglés.
La próxima audiencia para el caso fue programada para el 4 de septiembre, cuando podría definirse la fecha para un juicio.
"El Piolín" enfrenta cargos de asesinato e intento de asesinato con arma de fuego de un agente del servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos en territorio mexicano.
El 15 de febrero de 2011, seis hombres atacaron en la Autopista Panamericana, a altura de San Luis Potosí, el vehículo en el que Jaime Zapata y Víctor Ávila, agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, viajaban hacia la Ciudad de México.
El agente Zapata, de 32 años de edad murió en el lugar, mientras que Ávila sufrió heridas en el ataque, ocurrido a unos 800 kilómetros al sur de la frontera de Texas.
Pocos días después, el Ejército mexicano anunció la captura de seis sospechosos, quienes dijeron a las autoridades que habían creído que los agentes eran miembros de una pandilla rival debido al vehículo que conducían, un Chevrolet Suburban, aparentemente común en la pandilla adversaria.
El vehículo llevaba placas diplomáticas oficiales y los dos agentes estadounidenses se habían identificado como diplomáticos ante sus atacantes, indicaron los militares mexicanos.