El gobierno rumano cayó ayer, en una moción de censura, luego que los partidos de la oposición supieron aprovechar el descontento público por las medidas de austeridad, el nepotismo y la corrupción.
Unos 235 legisladores, cuatro más de los necesarios, votaron en contra del gobierno del primer ministro Mihai Razvan Ungureanu.
El líder de la oposición Victor Ponta dijo que la votación representa el fin de “un sistema abusivo que utiliza cualquier arma posible. “Es ocasiones hay justicia.
Hoy hubo justicia”, afirmó Ponta. El presidente Traian Basescu designará un nuevo primer ministro, que deberá presentar otro programa para su aprobación en el parlamento.
El gobierno checo encaraba igualmente ayer una moción de censura, aunque seguramente sobrevivirá pese a la creciente ira popular contra la corrupción y las medidas de austeridad.
El exprimer ministro rumano Emil Boc, cuyo gobierno de cuatro años cayó en febrero tras semanas de violentas manifestaciones por las medidas de austeridad, consideró la votación “una victoria del oportunismo político y el cambio de partido”.
Empero, agregó, “asumo la responsabilidad de este fracaso”.
La divisa nacional rumana, el leu, cayó casi a su nivel histórico más bajo tras la noticia. Basescu se reunía con los dirigentes de los partidos políticos rumanos para efectuar consultas en el palacio presidencial de Cotroceni sobre la formación de un nuevo gobierno.