Todavía no operan en el municipio programas especiales y permanentes para la recolección de basura electrónica ni baterías, a pesar de ello, por "selección a mano" o con el apoyo de las acopiadoras, Servicios Públicos Municipales evita que éstas lleguen al relleno sanitario.
Si bien las cadenas comerciales que operan programas de recolección de baterías y logran reunir en dos meses de 600 a 700 kilos, máximo una tonelada, son más las que se revuelven con la basura.
En promedio, el servicio de recolección diario levanta de 30 a 40 kilos de basura electrónica, cuya cantidad no es significativa dado que al día se recolectan 440 toneladas.
Los aparatos que más tira la ciudadanía son monitores de computadoras, CPUs, televisores, estéreos, planchas, secadoras, licuadoras y accesorios digitales como audífonos, componentes de video y baterías.
La basura electrónica es separada en el camión recolector, la poca que llega a las puertas del relleno, porque no fue enviada a la planta de compactación o recuperada por las acopiadoras, es separada por el personal de Servicios Públicos y enviada a las acopiadoras.
Algunos aparatos también son recuperados a través del programa de Descacharrización, de la Dirección Municipal de Salud Pública y Medio Ambiente.
Por sus componentes peligrosos, aunque no los tiene en grandes cantidades, la basura electrónica no puede entrar al relleno sanitario, acción con apego a la norma 083 que rige a este lugar.
En la entidad tampoco hay una empresa que recolecte y reutilice los aparatos.