Poder. Gustavo Madero, líder nacional del PAN y Felipe Calderón, presidente de México.
El presidente Felipe Calderón y el líder nacional panista, Gustavo Madero, tomaron, por separado, las riendas del proceso de "reflexión y refundación" del PAN después de la debacle electoral del 1 de julio.
El presidente Calderón ha visitado ocho estados para reunirse con los consejeros panistas y revisar las causas de la derrota, a fin de comenzar con el proceso de reflexión con miras a la Asamblea Nacional del blanquiazul.
Según fuentes panistas consultadas, en los encuentros, el primer mandatario escucha a los militantes sobre las causas de la derrota y propone algunas directrices para corregir. Pero también busca adhesiones para la reforma de estatutos.
Madero a su vez, realiza su campaña con los consejeros y hasta ahora ha visitado siete entidades (Chihuahua, Nuevo León, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Guanajuato, y Baja California) para tener acercamientos con los integrantes del máximo órgano de deliberación de cara al Consejo Nacional que se llevará a cabo el 11 de agosto.
Una de las principales disputas que hay entre el calderonismo y el maderismo, es la realización de la Asamblea Nacional que, congrega a más de ocho mil panistas de todo el país y en su próxima sesión tendría dos temas a tratar: la reforma de estatutos, que incluyen la forma en elegir candidatos, los proceso de afiliación, una nueva manera de administrar el financiamiento del partido y la manera de elegir a los dirigentes del partido, además de la nueva integración del Consejo Nacional que termina su periodo en mayo.