Los representantes de los candidatos presidenciales en el Instituto Federal Electoral (IFE) aceptaron que el debate del 10 de junio sea con un nuevo formato: en una mesa redonda y no en atriles, y con dos horas y media, para tener más tiempo a las réplicas e interpelaciones.
Hasta anoche, los partidos decidieron que Javier Solórzano modere el debate; que la duración sea de 2 horas con 15 minutos, y que cada aspirante tenga 8 minutos con 30 segundos para administrarlos en cada una de las tres rondas. Acordaron no contratar edecanes.
La propuesta para que el presidente del IFE fuese el moderador del segundo debate atoró la negociación de los partidos para el formato del encuentro, pero luego se soluconó al desecharla.
El Movimiento Progresista (PRD-PT) se oponía a que el presidente del Consejo del IFE, Leonardo Valdés Zurita, moderara el debate, como lo propuso el PRI, bajo el argumento que no es su papel como autoridad electoral.
El nuevo formato es "mesa redonda" que permita las interrupciones entre candidatos y una mayor interacción entre ellos. Para tener equidad de tiempo entre los aspirantes se propuso que cada uno tenga una "bolsa" de 8:30 minutos para cada uno de los temas. El debate tendría tres bloques de 40 minutos para abordar Política y Gobierno, Política Exterior y Desarrollo Social. Sin embargo, el PRI señaló que ese formato sólo podía ser garantizado si Valdés Zurita moderara la mesa, en lugar de un periodista como tradicionalmente se ha hecho.
El representante del PRI, Jorge Carlos Ramírez, dijo que bajo el esquema de una "bolsa de tiempo" el moderador es la principal garantía de que el tiempo será distribuido equitativamente.
El debate se efectuará en Guadalajara, primera vez que los candidatos se reúnen fuera de la Ciudad de México.