Desde hace años es el tema en todos lados: la inseguridad. Fundamentalmente en el imaginario colectivo se concluyó que las actuales circunstancias de criminalidad se debían específicamente a la guerra que el presidente Felipe Calderón había emprendido contra las mafias, apenas arrancaba su sexenio, hace ya casi seis años.
Si bien es cierto, hay elementos para pensar que Calderón se equivocó terriblemente en la estrategia para enfrentar a las mafias; quien se precie de ser sensato no puede descalificar a un mandatario que lo único que hizo fue respetar y tratar de hacer respetar la ley. Al menos en lo que a seguridad se requiere.
Obviamente hay que responsabilizarlo de la torpeza que cometió cuando decidió sin una ruta inteligente previa, lanzar al ejército y destapar la cloaca sin tener los elementos para contenerla. Tal vez como siempre ha sido un burócrata, nunca dimensionó los alcances que podría tener la delincuencia, y máxime cuando la mayor parte de las policías simplemente eran engranes de un sistema corrupto.
Sin embargo y por diferentes razones de todo tipo, la espiral de violencia no ha sido homogénea en toda la república mexicana. Estados como Michoacán y Guerrero en el centro y sur de México han sido parte del escenario de lo más violento del país. En general, todos los estados fronterizos han corrido con la misma suerte: Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Baja California (aunque Tijuana desde hace mucho ha disminuido sus índices). Completan esta lista de estados violentos Sinaloa y Durango. Han ocurrido crímenes abominables en Veracruz, Morelos, San Luis Potosí, pero el grueso se concentra en los estados antes mencionados.
Sin embargo, dentro de los estados violentos, también hay categorías, y en el caso específico de La Laguna, que ocupa territorios tanto de Durango como de Coahuila también hay diferencias. Según las cifras que presenta un documento intitulado Monitoreo de Incidencias Delictivas en La Laguna, realizado por el Observatorio Nacional Ciudadano por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, el centro de estudios México Evalúa, y el Consejo Cívico de Instituciones Laguna, los robos y homicidios en la zona metropolitana de la Comarca Lagunera tienen niveles que duplican el promedio del país y de los propios estados de Coahuila y Durango.
En La Laguna según las cifras presentadas, se registraron el año pasado 62.7 asesinatos por cada cien mil habitantes, el doble de la tasa nacional que es de 32.7. Coahuila como estado tiene un registro similar al nacional, con 33.9 homicidios por cada cien mil habitantes. Durango en cambio es violento todo, tiene una tasa de de 62.5, prácticamente la misma que el área conurbada de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.
Hay que precisar que estos números son de 2011. Este año, particularmente en Torreón, los asesinatos siguen aumentando.
En lo que se refiere a robo violento, en el primer semestre del presente año, la tasa también dobla a la nacional, con un promedio mensual de 335 denuncias, mientras que la incidencia en Durango es de 212, en tanto Coahuila tiene registro de 363. En este rubro, Coahuila tiene otras zonas peores que La Laguna.
El robo de vehículos con violencia, nuevamente La Laguna tiene números más alarmantes que Coahuila y Durango, aquí se denuncian 156 cada treinta días, mientras que el resto de territorio coahuilense se cuenta con 109 y con 97 en Durango.
Después de que El Siglo de Torreón diera a conocer estas cifras, diversas autoridades han dado declaraciones meramente evasivas. El gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, al ser cuestionado al respecto de las cifras dijo que habría primero que validar la metodología del reporte. En concreto, el gobernador se quiso sacudir el tema con esa respuesta.
El presidente municipal de Torreón, Eduardo Olmos, dijo que el 90% de los asesinatos, ocurre entre miembros de bandas rivales y que por ello se presentan picos. Habría que aclararle al alcalde Olmos que el pico en Torreón lleva 18 meses.
El general Roberto de la Vega, comandante de la XI Región Militar, dijo que "hay un ambiente más tranquilo", ¿será en su casa?, me cuestiono yo. Pero con franqueza declara que qué más quisiera él que los homicidios no fueran tan copiosos.
La conclusión. La cosa en La Laguna está que arde, vivimos en una zona olvidada, explotada y vejada por la Federación, los gobiernos estatales y los municipales. No hay quien nos defienda y es que tenemos el doble de posibilidades de ser asaltados o asesinados que en el resto de muchas zonas de México.
¿Y?
Pues nada, nos queda poca cosa aparentemente, quizá la ironía sea que además de tener el equipo Campeón del Futbol Mexicano, también en La Laguna somos campeones en criminalidad. Qué orgullo.