Benedicto XVI informó este miércoles ante unas 20 mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro, que su intención original era mandar una delegación representativa de cardenales y obispos, hecho imposible por “diversas circunstancias y acontecimientos”. EFE
El Vaticano se vio obligado a cancelar una anunciada misión de alto nivel que, a nombre del Papa, llevaría un mensaje de solidaridad al pueblo de Siria y, en su lugar, decidió mandar a un cardenal al vecino Líbano.
Benedicto XVI informó este miércoles ante unas 20 mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro, que su intención original era mandar una delegación representativa de cardenales y obispos, hecho imposible por “diversas circunstancias y acontecimientos”.
“Sigo con particular atención la trágica situación de violencia en Siria, donde no se detiene el fragor de las armas, y cada día aumenta el número de las víctimas y el terrible sufrimiento de la población, en particular de cuantos han debido dejar sus casas”, dijo el Pontifice.
“Mi deseo era enviar a Damasco una delegación de padres sinodales para manifestar a la población de Siria mi solidaridad, y la de toda la Iglesia, y mi cercanía espiritual a las comunidades cristianas del país”, agregó al finalizar su audiencia general de los miércoles.
Precisó que, ante la imposibilidad de concretar esa alternativa, decidió mandar al Líbano al cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo “Cor Unum”, la sección del Vaticano dedicado a gestionar las obras de caridad del pontífice.
Explicó que el purpurado estará en ese país desde este día hasta el próximo 10 de noviembre, con el objetivo de encontrarse con los pastores y fieles de la Iglesia en Siria, reunirse con algunos refugiados y presidir una reunión de las instituciones católicas de caridad.
“Mientras elevo mi oración a Dios, renuevo la invitación a las partes del conflicto y a cuantos desean el bien de Siria a no ahorrar ningún esfuerzo en la búsqueda de la paz”, sostuvo.
“(Les invito) a buscar, por medio del diálogo, los caminos que conducen a una justa convivencia, con el fin de lograr una adecuada solución política del conflicto. Nunca es demasiado tarde para trabajar por la paz”, apuntó.
La misión a Siria había sido anunciada el 16 de octubre por el “número dos” del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, durante un discurso pronunciado ante el pleno del Sínodo de los Obispos, una cumbre que reunió en Roma a más de 250 prelados de todo el mundo.