El estadounidense Ryan Lochte se adjudicó su primera medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 al triunfar en la final de los 400 metros combinado individual. (Fotos de EFE)
Cierra los ojos y comienza a soñar despierto. "Estás en los Juegos Olímpicos y es el momento en el que tienes que brillar, es el momento de probarle al mundo quién es el mejor", dice Ryan Lochte. "En los carriles centrales estamos yo y Michael [Phelps], y bueno, los otros países... Calentamos, estiramos y yo bailo un poco.
Pero antes [de la competencia], Michael y yo nos quedamos viendo a los ojos, como preguntándonos: '¿Quién lo quiere más?', y entonces ¡pum!, salimos. Y yo entro al agua como un cohete, y no miro hacia atrás, nado mi propia carrera; los demás no me importan, yo nado mi propia carrera".
Continúa: "En la última vuelta, ambos nos vemos debajo del agua. Es una carrera muy cerrada, pero me separo en el tramo final, toco la pared y despedazo el récord mundial, como por un segundo o dos. Y entonces me libero, me vuelvo loco. Salgo [de la alberca] y ahí tengo a toda mi familia, en las tribunas, con playeras de Lochte; son como 20 ó 30 y todos están vueltos locos. Esa sería la carrera perfecta".
El sueño de Ryan Lochte es vencer a Michael Phelps y al menos ayer, lo cumplió.
Phelps fue la gran figura, no sólo de la natación sino de los Juegos Olímpicos de Beijing hace cuatro años. Las ocho medallas que ganó en el Cubo de Agua fueron televisadas en prime time y cadena nacional por la NBC en Estados Unidos. En dos de esas finales, las de 200 y 400 metros combinados, Lochte fue tercero, detrás de su compatriota y del húngaro Lázsló Cseh.
Lochte también ganó sus oros en Beijing, cuando subió a lo más alto del podio en las pruebas de 200 metros dorso (con récord olímpico y mundial incluidos) y relevos 4 x 200 en estilo libre. Pero, la verdad, pocos recuerdan su nombre, siempre opacado por Phelps, una leyenda viviente con 14 preseas áureas en apenas dos participaciones en Juegos Olímpicos.
La única manera en la que Lochte puede poner su nombre en el mapa de la natación mundial es venciendo a su viejo amigo en Londres.
Ryan Steven Lochte nació el 3 de agosto de 1984 en Canandaigua, Nueva York. Su madre es cubana y su padre alemán, aunque también hay algo de sangre inglesa en su ascendencia. Calificó a la justa de 2012 tras terminar en primer lugar en las pruebas de 200 metros dorso y 400 metros combinados, pero segundo -detrás de ya saben quién- en los 200 combinados y 200 metros estilo libre.
"El trabajo que ha realizado Lochte en los últimos cuatro años, en particular durante los últimos dos, le ha redituado en un crecimiento asombroso dentro de la alberca. Sus tiempos, records y medallas son suficiente evidencia para considerarlo una de las principales figuras a seguir durante la justa veraniega", apunta el profesor Nelson Vargas, experto en la materia.
Lochte ganó cinco medallas en los Campeonatos Mundiales de la FINA, celebrados el año pasado en Shanghai: relevos 800 metros estilo libre; 200 estilo libre; 200 dorso; 400 combinados y 200 metros combinados (con récord mundial incluido).
"Es difícil decir quién es el mejor nadador de los dos", dijo recientemente Lochte, refiriéndose a su duelo personal con Phelps.
"Ambos odiamos perder con el otro", comentó Phelps. "Cada vez que entro al agua, sin importar lo que haya de por medio, [Lochte] siempre saca lo mejor de mí, y eso es algo que no he vivido con muchos de mis competidores en toda mi carrera".
Aracnofóbico y fashionista
Ryan le tiene miedo a muy pocas cosas, pero las arañas y las serpientes lo pueden paralizar. Otra cosa que también lo paraliza es un aparador que muestre ropa de última moda. Lochte es un fashionista declarado, considerado por algunos expertos en la materia "el atleta mejor vestido" de la delegación estadounidense que competirá en Londres 2012.