¡Qué coraje! Las dos calles principales del Centro de la ciudad, tanto 20 de Noviembre como 5 de Febrero se vieron así de congestionadas gracias a cierres de calles y bloqueos de las mismas.
Cierres y bloqueos en las calles 20 de Noviembre, Victoria y 5 de Febrero provocaron una mañana de caos vehicular en el Centro Histórico, con 'recordatorios' del Día de la Madre para tránsitos, autoridades y manifestantes, pero también entre los mismos automovilistas que intentaban ganarse el paso, "por qué el gobierno permite estos bloqueos", gritaban algunos.
En 200 metros a la redonda de la Plaza de Armas la música de claxon se dejaba escuchar; en la avenida 20 de Noviembre, frente a Catedral, las autoridades cerraron las dos vías para preparar el concierto conmemorativo al 10 de mayo.
En la calle 5 de Febrero, a la altura del Palacio de Gobierno, maestros de la Coordinadora y niños de preescolar cerraron la calle. La calle Victoria fue bloqueada por la Cocopo.
"No 'manchen', la verdad ya ni la chin... ¿por qué la autoridad permite esto?, ¿por qué no hace nada? No se vale, nosotros somos los que la llevamos", señaló enojado un estudiante de la Facultad de Medicina, quien llegó tarde a clase.
Los más molestos sin duda eran los choferes del transporte público tanto de taxis como de camiones, sobre todo los últimos, que eran los que mayor música de viento hacían con el claxon.
Pedro Ledezma, chofer de taxi, molesto, comentó que las autoridades de vialidad deberían de avisar desde cuadras atrás de los bloqueos para que los automovilistas busquen salidas alternas, esta misma razón era la que provocaba los gritos dirigidos a los agentes de vialidad.
Sin dar sus nombres y con una sonrisa en la cara, los agentes decían que estaban acostumbrados a que les recordaran la festividad próxima, "es la sal de todos los días, por eso ya ni nos afecta", dijo una agente.
Otro más sólo dedicaba una sonrisa a los automovilistas que le hacían ademanes con el brazo y la mano con toda la intención de faltarle el respeto.
Incluso hubo uno que mejor se retiró de la esquina donde estaba apoyando para aligerar el tráfico y lo dirigía desde lejos con su silbato, retirado de los insultos y recordatorios maternos de los automovilistas.