Siglo Nuevo

Carrera, el otro mexicano

CINE

El héroe, 1994.

El héroe, 1994.

Blanca Hernández

A veces parece que los únicos cineastas de México son Del Toro, González Iñárritu y Cuarón, pues Hollywood los mantiene bajo los reflectores. Pero hay otros creadores relevantes en su generación. Uno de los más prestigiosos es Carlos Carrera, cuyas producciones han sido aclamadas a nivel internacional.

Carlos Carrera apareció en el auge del llamado ‘nuevo cine mexicano’. Su ópera prima La mujer de Benjamín se exhibió en 1991 (año en que también se estrenaron Danzón de María Novaro y El bulto de Gabriel Retes). Desde entonces su producción no ha parado, es perseverante, “trabaja mucho y se queja poco”, dice, pero admite que ha tenido suerte.

EL LLAMADO

Luis Carlos Carrera González nació el 18 de agosto de 1962 en la Ciudad de México. Descubrió su vocación como animador en sus primeras visitas a las salas de proyección, donde disfrutaba las películas de Disney.

Desde joven comenzó a trazar dibujos en la orilla de sus libretas y se maravillaba al verlos adquirir ‘vida’ con el movimiento rápido de las páginas, gracias a la técnica llamada flipbook. Después modeló muñecos de plastilina y a los 12 años consiguió prestada una cámara de formato súper 8 para realizar sus primeros ejercicios de animación.

Tras concluir la licenciatura en Comunicación en la Universidad Iberoamericana, ingresó al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), donde dio forma a cuatro cortometrajes animados, entre ellos El hijo pródigo (1984) y Malayerba nunca muerde (1988). Como trabajo de tesis en 1990 escribió un guión titulado Benjamín y Micaela junto a Ignacio Ortiz Cruz. Ese mismo año el CCC organizó el primer concurso de óperas primas y Carrera ganó el apoyo para concretar su primer largometraje, La mujer de Benjamín.

El estreno de la cinta en el Festival Internacional de Cine de Berlín, dentro de un ciclo llamado Panorámica del cine mexicano, le valió el aplauso internacional, por lo que obtuvo los recursos económicos para dar forma a su segundo filme, La vida conyugal (1993). El trabajo, basado en la novela del mexicano Sergio Pitol, pasó sin pena ni gloria entre los críticos y los espectadores.

“SE SALVA”

En 1994 la carrera del cineasta se catapultó al convertirse en el primer director mexicano en obtener la Palma de Oro en el Festival de Cannes, en la categoría de mejor cortometraje, con El héroe. De hecho a la fecha es el único mexicano con tal distinción, pues sólo Emilio el indio Fernández recibió ese reconocimiento pero a manera de cortesía.

Este cortometraje animado de Carrera narra en sólo cinco minutos el intento de un hombre para evitar el suicidio de una joven en cierta estación del metro. Carrera ha comentado que la idea de El héroe nació durante sus estudios en el CCC, con el objetivo de rodarlo como un plano secuencia, pero debido a que resultaba una misión casi imposible ante la falta de recursos económicos, el storyboard se quedó guardado hasta que decidió realizar la animación con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).

Tras el inesperado triunfo en Cannes, el nombre de Carrera se volvió muy conocido entre los productores, y ello le abrió las puertas para seguir trabajando. Gabriela Obregón, quien colaboraba en Televicine (compañía productora de Televisa) lo llamó para que dirigiera una cinta. A él le interesó un guión de Paula Marcovich y así dio vida a Sin remitente (1995), una historia urbana protagonizada por Tiaré Scanda y Fernando Torre Lapham.

Aunque el defeño alguna vez declaró que el filme no fue hecho con todas las condiciones esperadas, fue la primera vez que trabajó “como debe ser”, en los tiempos indicados y sin los problemas financieros que retrasan la producción. Y aunque es considerada una de sus obras menores, conquistó el premio Ariel que entrega la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, en las categorías de mejor película y mejor director; este último galardón llegaría nuevamente a sus manos en el 98 con Un embrujo.

POLÉMICA TAQUILLERA

Poco tiempo después, Carlos Carrera recibió la propuesta de trasladar al celuloide la adaptación cinematográfica de la novela El crimen del padre Amaro, autoría del escritor portugués José María Eça de Queiroz. Para ello le entregaron un guión del dramaturgo mexicano Vicente Leñero. La cinta se estrenó en 2002 y de inmediato causó molestia en algunos sectores conservadores de la sociedad, por retratar un lado oscuro de la Iglesia: su relación con el poder y el noviazgo entre un sacerdote (personificado por Gael García Bernal) y una feligresa (Ana Claudia Talancón).

La polémica desatada aglutinó a los espectadores en los cines y el largometraje se convirtió en la segunda producción más taquillera en México, después de Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 2000). El éxito fue tal que El crimen... estuvo nominada al Óscar en la categoría a mejor película extranjera, aunque no resultó favorecida con el galardón.

Posteriormente Carrera colaboró con algunos cortometrajes en filmes colectivos, como el episodio Barbacoa de chivo dentro de Cero y van cuatro (2004) y María en el elevador en Sexo, amor y otras perversiones (2006). Mientras que en 2004 llevó a la pantalla el cortometraje de animación Raíz, por el cual nuevamente se hizo acreedor a un Ariel.

POLICIACO

Con base en una investigación de campo efectuada por la escritora Sabina Berman sobre las muertas de Ciudad Juárez, Carlos Carrera incursionó en el thriller policiaco con Backyard / El traspatio (2010). La cinta aborda las desapariciones de las mujeres de una manera integral a través de personajes humanamente desarrollados, evitando el cliché que podría encontrarse en la policía judicial que desea hacer lo correcto (Ana de la Reguera), el agente corrupto (Marco Pérez) y la joven empleada de una maquila (Asur Zagada), entre otros.

Esta es una de las cualidades del cine de Carrera: sus protagonistas adquieren vida ante los ojos del público de manera natural. Son individuos comunes que se enfrentan a situaciones extraordinarias dentro de su existencia cotidiana.

LUCHA

A pesar de los numerosos reconocimientos y éxitos en cartelera, Carlos Carrera ha tenido que realizar anuncios publicitarios para mantenerse económicamente, y aún se enfrenta a los problemas de distribución que aquejan a la cinematografía nacional. Desde 2010, la película De la infancia está ‘enlatada’ y sólo ha tenido exhibiciones en festivales de cine.

El también presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas actualmente se encuentra sumergido en un nuevo proyecto, Ana, el primer largometraje de animación en 3D que se hace en México. Tarea que ha sido ardua no sólo por las exigencias propias de la técnica sino por el financiamiento. Ana contará las aventuras de una niña que vive con su madre en un hospital psiquiátrico. A partir de julio de 2011 es posible ver la primera escena en el sitio www.locolocofilms.com.

A Carlos Carrera le queda claro que en el séptimo arte nada es seguro y lo importante es disfrutar el quehacer creativo. Para este director la única expectativa mientras trabaja es poner su creación al alcance de los espectadores, pues el éxito en taquilla no se puede asegurar.

Correo-e: bhernandez@elsiglodetorreon.com.mx

FILMOGRAFÍA ESENCIAL

1991 La mujer de Benjamín

1994 El héroe (cortometraje)

1993 La vida conyugal

1995 Sin remitente

1998 Un embrujo

2002 El crimen del padre Amaro

2009 Backyard / El traspatio

2010 De la infancia

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