El obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz, aclaró que no ha cerrado la Casa del Migrante de Tultitlán. (Notimex)
El obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz, aclaró que no ha cerrado la Casa del Migrante de Tultitlán, ni lo hará, y que la suspensión temporal de actividades se debió a un conflicto suscitado el sábado pasado en el que personas agredieron a vecinos y otros quitaron los avisos de ese sitio y cubrieron con pintura blanca los señalamientos del mismo.
A través de un comunicado, Ortiz sostuvo: "Deploramos esta acción. Nos duele que algunas personas hayan usado el signo de la caridad -dar de comer al hambriento- para provocar esta situación. La Iglesia no está de acuerdo con estos hechos, siempre ha trabajado procurando el bien sin ninguna otra intención que apoyar a los migrantes".
Expuso que el pasado sábado llegaron y se estacionaron cerca de la casa del migrante "San Juan Diego" tres camionetas a bordo de las cuales viajaban personas que no tienen ninguna relación con la Iglesia y éstas comenzaron a distribuir alimentos.
En los vehículos, señaló, iban algunos migrantes estacionados en distintos municipios, algunos con problemas de drogas y alcohol. Precisó que una de las camionetas se estacionó frente a una casa, bloqueando la salida.
Fue entonces cuando "una señora salió y pidió que movieran la camioneta, pues necesitaba el acceso a su casa. Ahí comenzó el conflicto. Voluntarios de la Casa San Juan Diego pidieron a la persona que organizaba esta distribución de alimentos que se alejara un poco, pues podrían causar problemas. No hicieron caso y por el contrario, algunos de los ocupantes de las camionetas comenzaron a agredir a los vecinos.
"El conflicto creció y algunas personas reaccionaron quitando todo aviso de la casa del migrante San Juan Diego, cubriendo el nombre de la casa con pintura blanca, destruyendo los avisos de la misma casa".
Guillermo Ortiz insistió en que la Iglesia católica no está de acuerdo con estos hechos y que, siempre ha trabajado procurando el bien sin ninguna otra intención que apoyar a los migrantes.
El obispo de Cuautitlán aseguró que la Casa del Migrante no ha cerrado sus puertas y que nunca lo hará. "Permití esta situación momentánea en pro de la paz social y en bien de los mismos migrantes. La Iglesia no renuncia a la caridad. Promueve la justicia, busca la reconciliación y la paz", expresó.
