El municipio granadino de Bérchules, en el sur de España, congregó anoche a más de 10,000 personas para celebrar su particular Nochevieja veraniega, en una fiesta que se desarrolló sin incidentes y en la que no faltaron las tradicionales uvas, las doce campanadas y la nieve artificial.
Esta tradición para despedir el año antes de tiempo y en medio de los calores del verano español se instauró en 1995 después de que un apagón de luz impidiera a los vecinos de esta localidad alpujarreña el 31 de diciembre de 1994 celebrar la Nochevieja.
Esto provocó que desde 1995 se organizara esta peculiar Nochevieja el primer sábado de agosto, cada año con una reivindicación diferente.
Según explicó a Efe la presidenta de la Asociación Berchulera de Nochevieja en Agosto, Laura Puche, la fiesta mantiene los niveles de afluencia de años anteriores y se ha convertido en un reclamo turístico para el pueblo, de 800 habitantes, y la comarca de la Alpujarra.
A pesar de un mermado presupuesto, la Nochevieja se celebró con todos los detalles, incluido el alumbrado navideño, la cabalgata de los Reyes Magos (que en España traen regalos a los niños el 6 de enero) y nieve artificial para ambientar las doce campanadas.
