Símbolo. La avenidaMorelos fue hace décadas el lugar predilecto de paseo de los torreonenses.
¿Cuándo fue la última vez que caminó por el centro histórico de la ciudad por el simple gusto de recorrer las calles y ver caras nuevas? El centro histórico de Torreón presenta un deterioro que se ha ido acentuando con el paso de los años, como resultado de la falta de atención, inversión y descuido en la administración de los servicios públicos.
Según el arquitecto José Alfredo González, hemos convertido a Torreón en una ciudad de trayecto, o sea, vamos del trabajo a la casa, o de la escuela a la casa y hay zonas que se van olvidando.
Para el arquitecto Jorge Alberto Ruvalcaba, la ciudad se encuentra “en estado de coma”. Además, falta alumbrado público, el cual es uno de los factores por los que a temprana hora ya no hay transeúntes.
“La radiografía que tengo del centro en este momento es la de un enfermo que está reclamando nuestra atención, rehabilitación y cuidados para reponerse”, detalla Jorge.
“Pensar en un centro histórico es pensar en el corazón de una ciudad –dice Jorge–, porque aunque geográficamente no sea propiamente el centro, es el lugar donde se generan los latidos de una ciudad, donde se encuentran la identidad y, como su nombre lo dice, donde está la historia. Un centro tiene muchísimas cosas qué decirnos, sólo es cuestión de darnos la oportunidad de salir a escucharlo.”
Por su parte, el profesor Salvador Sánchez, declara que pensar en un centro histórico es pensar en ‘agustez’, es decir, en un espacio agradable al que nos da gusto ir.
“Es en los espacios públicos donde la vida se genera y regenera una y otra vez”, puntualiza.
Desde esta perspectiva, existen ciertos proyectos que propician la organización de la ciudadanía para conjuntar esfuerzos en el logro de metas colectivas, tal es el caso de “Moreleando, de vuelta al centro”, que busca trabajar en el rescate del centro histórico e impulsar el regreso de los laguneros a las calles.
La propuesta dará arranque el sábado 10 de noviembre a partir de las 6 pm, y está integrada por un grupo de 15 estudiantes de Comunicación de Ibero Torreón, la profesora Guiomara Alvarado, Salvador Sánchez, junto con un grupo de arquitectos y artistas de la región, para impulsar que la ciudad se viva y que se ocupen los espacios públicos otra vez.
CRECIMIENTO URBANO EN TORREÓN
En la opinión de José Alfredo, tenemos la idea errónea de que al cerrar un terreno con bardas y pagarle a un vigilante tendremos más seguridad, y por el contrario, al hacer esto estamos encapsulándonos y obstaculizando el desarrollo de relaciones con aquellos que consideramos “desconocidos”.
Por otro lado, Jorge piensa que esta forma de actuar incentiva la construcción de muchas células independientes que no conviven entre sí y este crecimiento es el que provoca el ensimismamiento en el que vivimos. Menciona que tenemos una influencia nociva de nuestro vecino del norte, donde las ciudades han sido pensadas en función de los intereses de una minoría capitalista, lo cual ha generado una ciudad totalmente horizontal, y eso hace que seamos una ciudad ineficiente.
“El crecimiento desordenado de nuestra ciudad se debe, entre otras cosas, a que responde a los intereses de las compañías constructoras en serie, sin prestar atención a la calidad de vida de las personas. Estamos lejos de donde trabajamos, lejos de donde vivimos y lejos de donde estudiamos.
Por otra parte, las condiciones no están dadas para desplazarse en bicicleta, o al menos no es lo más seguro”, expresa Jorge.
¿POR QUÉ REGRESAR AL CENTRO?
Alfredo González expresa que “se trata de regresar a nuestras raíces, a esa zona que nos vio nacer. Nuestro centro se puede reconstruir y rehabilitar, tenemos ejemplos de ciudades como Puebla, Querétaro o San Miguel de Allende.”
Para Jorge Alberto Ruvalcaba, integrante del equipo de “Moreleando”, la clave está en propiciar que la gente sienta deseos de salir a poblar las calles.
El proyecto busca hacernos regresar a ser ciudadanos de tiempo completo. “Este plan de rescate del centro histórico va acompañado de una estrategia que involucra a las autoridades, universidades, comerciantes y a la iniciativa privada”, expone Jorge.
Además, confirma que uno de los objetivos es que el centro tenga vida las 24 horas del día. “Lo ideal sería que por la mañana hubiera vida en oficinas y escuelas, por la tarde en comercios y restaurantes y en la noche en las viviendas”, dice.
Según José Alfredo, regresar al centro es regresar al punto donde converge la ciudadanía, generando un espacio donde haya comunicación. Alfredo indica que “el comercio está siendo llevado a las periferias de la ciudad, y al regresar al centro tratamos de propiciar que la actividad y convivencia ciudadana crezcan de manera radial y no de forma desperdigada como está sucediendo.”
Salvador Sánchez expresa que tenemos que recuperar la “normalidad”, puntualizando que “en el fondo se trata de que la gente se sienta habitante de su ciudad”.
¿CUÁL ES LA PROPUESTA?
En palabras de Jorge Alberto, este plan de rescate social pretende empezar a reconstruir el tejido social que, en palabras de la socióloga Laura Orellana, puede traducirse como el conjunto de relaciones que se dan en un espacio, pues estamos vinculados por el hecho de formar parte de una comunidad.
Laura Orellana recalca que hay actividades que van haciéndose de manera colectiva y la cuestión de la violencia ha terminado con esas relaciones al propiciar enfrentamientos y desconfianza entre los habitantes.
Una de las propuestas del grupo para reactivar el espacio público es la realización de convenios con Universidades y escuelas para que éstas pasen a ocupar los edificios que existen, y que ya cuentan con la infraestructura.
Otra idea es crear un programa de beneficios por parte del gobierno para atraer la inversión privada. Asimismo, José Alfredo, habló de que se necesita generar vivienda multifamiliar en el centro, así como construir corredores comerciales donde los negocios puedan instalarse, todo esto acompañado de un transporte público digno, banquetas anchas, la implementación de algunas calles peatonales y la integración de corredores culturales.
Salvador Sánchez, explica que la idea de lo que es una ciudad ha ido cambiando, y la que ahora tenemos es una idea agotada. “Ya nos dimos cuenta que el modelo que estábamos siguiendo no facilita nuestras vidas, ya que vivimos en ciudades incómodas donde los recorridos se hacen cada vez más largos; por ello, tenemos que recuperar el sentido original de cómo debería ser una ciudad”, comenta.
ACCIONES A LARGO PLAZO
Según José Alfredo González, el municipio debe tomar parte en la organización y promoción de eventos como los que están teniendo lugar en la Gran Plaza.
“Este es un tema de identidad –corrobora Jorge– que implica conocer las raíces de nuestro crecimiento, o sea, cómo fuimos convirtiéndonos en ciudad, esto con la intención de propiciar un re-enamoramiento en quienes no ya van al centro.”
Ahora bien, al empezar a caminar por el centro, nos damos cuenta de que una calle con gente deja de ser una calle peligrosa. Salvador Sánchez indica que necesitamos una planeación urbana a largo plazo, que esté integrada por las aportaciones de todos los sectores que tengan algo que decir. Y entonces pensar desde ahora, ¿qué debemos hacer para construir la ciudad que estamos imaginando para dentro de 20 ó 50 años?
También insiste en que necesitamos volver a sentir que toda la ciudad es nuestra casa. “Al hablar del centro histórico no estamos hablando de otra parte de la ciudad, sino del emblema que la representa, pues no se trata de un recuerdo antiguo, sino de algo que nos proyecta hacia el futuro.”
Por último, Laura subraya el hecho de que ir a un lugar, hace que éste se recupere y que se conserve vigente.
En Facebook: Diana Leticia Nápoles
En Twitter: @diananapoles
