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Charlatanes de la salud

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Roberto Iturriaga

Ya sea por desinformación, falta de recursos o por creer en la recomendación de un conocido (seguramente hecha de buena fe), miles de personas terminan poniendo su salud en manos de charlatanes. Es preciso estar alertas y detectar a quienes ofrecen servicios médicos especializados sin tener la preparación necesaria para ello.

El cuidado de la salud ha preocupado a nuestra especie desde tiempos inmemoriales. En cuanto se tuvo conciencia de que existían elementos en el ambiente que podían ayudarnos a recuperar la salud, todo cambió. De esta forma nacieron las primeras expresiones de la medicina primitiva, como la herbolaria, antecedente de la ciencia médica de nuestros días.

En la actualidad podemos atender y restablecer nuestra salud gracias a numerosos avances tanto en la medicina alópata como en la alternativa. Sin embargo dentro de ambos campos existen supuestos auxiliares que no siempre son resultado del estudio riguroso y pueden ser peligrosos para nuestro bienestar. Casi siempre son ofrecidos por personas poco escrupulosas, que se aprovechan de los pacientes por su falta de dinero, su ignorancia o su deseo de sentirse mejor. Nos referimos a los charlatanes.

La verdadera medicina se vale del método científico y tiene por objetivo la conservación y procuración de la salud en todos sus aspectos, mediante técnicas que ayuden a sortear y evitar enfermedades. Podemos entender entonces que los charlatanes son todos aquellos que anunciándose como especialistas en tal o cuál área, en realidad no aplican el procedimiento correcto ni de forma estricta, sólo simulan hacerlo.

EN TODOS LOS CAMPOS DE SALUD

A pesar de que la sociedad contemporánea valora mucho la salud, y está más al tanto de los avances en la ciencia, no ha sido posible erradicar el fenómeno de la charlatanería. En un gran número de países, incluyendo algunos del primer mundo, es posible hallar individuos que se hacen pasar por doctores y/o por especialistas. Desde luego, el fenómeno se acentúa en regiones con altos índices de analfabetismo y falta de servicios médicos regulares.

México cuenta con una de las coberturas en materia de salud más amplias de todos los tiempos; de hecho en algunas entidades se ha llegado al 100 por ciento de aplicación en vacunas básicas. Lo sorprendente es que pese a esos logros, también ha seguido creciendo la desinformación en gran parte de la población y ello ha sido aprovechado por sujetos que ofrecen atención médica sin contar siquiera con educación elemental.

En la medicina general, lo más frecuente es que la gente caiga en manos de falsos doctores por buscar ayuda a un bajo costo. Pero el problema se da en todas las áreas. Seguramente le ha tocado escuchar que alguien habla de un cirujano plástico que “cobra baratísimo” y tiene mucha clientela. Pero en algún momento sale a relucir que la persona en cuestión, en el mejor de los casos, es un médico general (o un estudiante trunco) que hizo un curso sobre cirugía plástica; en ocasiones se trata de esteticistas, y a veces ni siquiera eso. Esos sujetos comprometen gravemente la salud de sus pacientes al usar para sus procedimientos materiales herramientas hechizas, o sustancias como aceite, agua con sal, silicón casero, plástico y otras mezclas dañinas para el organismo.

La charlatanería se da también abundantemente en el área de nutrición, donde proliferan los supuestos doctores que pregonan tener “la mejor opción para bajar de peso sin esfuerzo”; a menudo su éxito se debe a que recetan fármacos capaces de acarrear graves efectos secundarios, o sugieren y ejecutan cirugías innecesarias, como la colocación de bandas gástricas en individuos que por su constitución no son realmente candidatos.

Una señal de alerta para identificar a los mencionados impostores es hacer un comparativo de sus tarifas (suelen ser notablemente más económicas que los costos estándar), e igualmente averiguar dónde realizan sus operaciones, pues al no contar con la especialidad que presumen suelen improvisar quirófanos en sus propios consultorios, y hasta les llaman ‘clínicas’.

Por otro lado, también existen embaucadores en la medicina alternativa. Como usted sabrá hay diversos tratamientos naturistas cuya eficacia se ha comprobado. Pero este ámbito es muy vulnerable a la charlatanería, sobre todo a través de la venta de mil y un ‘productos milagro’ que por lo general no sirven. Este tipo de engaño se da con suma frecuencia entre pacientes de cáncer, pues los pseudomédicos se aprovechan de la desesperación de los enfermos para obtener dinero.

Quizá se preguntará por qué si esos productos no son realmente eficaces, cobran tanta popularidad. Eso suele deberse al fenómeno psicológico llamado ‘efecto placebo’, que se presenta cuando la mente del enfermo envía algunas endorfinas como respuesta a su actitud positiva ante el tratamiento en cuestión, y por ello se siente mejor. Sin embargo lo usual es que al poco tiempo experimente una recaída, e incluso puede enfrentar complicaciones severas si llega a reemplazar totalmente su tratamiento médico con el ‘producto milagro’.

ELIJA CON CUIDADO

El ejercicio de cualquier práctica médica sin la preparación académica adecuada se castiga penalmente. Quien ofrezca servicios como especialista está obligado a comprobar que cursó los estudios correspondientes.

Cada año mueren miles de personas en el mundo debido a procedimientos insalubres o mal efectuados, o a tratamientos prescritos por charlatanes. Lo más recomendable es que antes de acudir a consultar a un doctor por primera vez, tenga la seguridad de que se trata de un verdadero profesional de la salud.

Correo-e: riturriaga@elsiglodetorreon.com.mx

Fuente: Cirujano Pediatra Ramiro Adebel; portal de la Secretaría de Salud.

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