Derrick Rose, de los Chicago Bulls, sufrió la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda y no jugará más por lo que resta de temporada. (EFE)
Derrick Rose se desplomó, dolorido, mientras se tomaba la rodilla izquierda. Su temporada ha terminado y las esperanzas de los Bulls de alcanzar el título podrían haber terminado con él.
Rose se perderá el resto de los playoffs tras sufrir ayer un desgarre en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda cerca del final de la victoria de 103-91 de Chicago sobre los 76ers de Filadelfia en el primer juego de la serie, lo que significó un balde de agua fría para un equipo que tenía la mira puesta en el título.
Rose anotó 23 puntos y se le veía en un nivel digno del actual Jugador Más Valioso de la NBA tras perderse 27 partidos debido a lesiones durante la temporada regular, pero su campaña llegó a su fin en momentos en que los Bulls coronaban un triunfo impresionante.
Rose cayó al suelo después de penetrar dentro del área a 1:20 minutos del final del encuentro y con los Bulls estaban al frente por 12 puntos. El base se encaminaba a encestar una bandeja cuando se detuvo y cambió de parecer, pasándole el balón a un compañero antes de aterrizar mal.
El personal médico del equipo ingresó de inmediato a la cancha y atendió a Rose durante varios minutos mientras la estrella de los Bulls se retorcía de dolor. Luego lo cargaron hasta el camerino. Fue trasladado a un hospital, donde los resultados de un examen de resonancia magnética confirmaron que Rose se perderá el resto de la temporada.
Si Rose debería o no haber seguido en el partido a esas alturas será debatido por mucho tiempo en Chicago. Había vuelto de la banca a ocho minutos del final y la ventaja del equipo aumentó a 20 puntos poco después antes de que los 76ers intentaran remontar.
Con Filadelfia presionando, el entrenador Tom Thibodeau decidió mantener a Rose en el juego.
"Yo no retrocedo como ustedes lo hacen", dijo Thibodeau. "El marcador tendía hacia el otro lado".
Perder a Rose es obviamente un duro golpe para un equipo que llegó hasta la final de la Conferencia del Este la temporada pasada y registró la mejor foja de la NBA durante la campaña regular por segundo año consecutivo.
Por otra parte, en Miami, LeBron James se fue al piso tomándose la nuca, doliéndose y posteriormente exagerando un poco mientras se ponía de pie.
Momentos después ya estaba bien.
Y poco tiempo después de eso, el Heat de Miami tomaba el control por completo del primer partido de su serie contra los Knicks de Nueva York.
James anotó 32 puntos al embocar 10 de sus 14 lanzamientos antes de descansar el último cuarto y el Heat aprovechó una racha de 32-2 para derrotar fácilmente por 100-67 a los Knicks, golpeando primero en el primer juego de su serie de primera ronda de postemporada de la Conferencia del Este.
La serie enfrenta a rivales que sostuvieron batallas anuales consideradas clásicas de 1997 al 2000 y que desde entonces se ven frente a frente por primera vez en playoffs.
Dwyane Wade agregó otros 19 tantos en su primer partido de regreso luego de dislocarse el índice de su mano izquierda.
No, esta no fue una redención por haber quedado cerca en la final de la temporada pasada.
Pero para James y el Heat, fue un buen inicio.
"Soy un jugador distinto este año, una persona diferente en comparación con la del año pasado", dijo James. "He esperado para volver a la postemporada, me he preparado durante toda la temporada regular e incluso antes del inicio de temporada para regresar a este punto".