El Rebaño Sagrado le dio voltereta a un marcador adverso y venció ayer al Puebla a domicilio. Chivas gana y deja el fondo de la tabla
Johan Cruyff festejó el segundo gol de las Chivas, y se levantó del palco 20 del estadio Cuauhtémoc. El holandés se fue de regreso a su tierra, donde realizará un informe sobre lo que sondeó en su primer contacto con el Rebaño.
Pero Cruyff no se fue solo, en la maleta se lleva la satisfacción que su sola presencia valió para que las Chivas ligaran dos triunfos para que al fin, los tapatíos ya no sean la burla en el actual torneo mexicano.
Chivas ganó de visitante 1-2 a Puebla y de visitante sólo en lo administrativo, pues el Cuauhtémoc se vistió de rojiblanco, tanto que el mismo Cruyff se sintió como en casa.
Filosofía de Johan
Escribió Johan Cruyff, en su libro “Mis futbolistas y yo”… “los goleadores son hombres de rachas. Que pueden desencadenar un tanto tras otro y, después, pasar por una sequía”.
Tal como lo hizo Luis García Sanz. El delantero español, de esos jugadores “que juegan y que también hacen jugar”. Si hubo alguien, entre los 22 jugadores que se pararon en el Cuauhtémoc durante la primera mitad, fue García. En la cancha, hace de todo. Aunque sea delantero de nombre, puede jugar de medio volante por la izquierda, de enlace y claro, también de ariete. Y como tal, se paró en el punto de penalti para cobrar la falta que Álvarez le había cometido. Todos gritaban gol, menos Luis Michel, quien paró la pena máxima. “A lo largo de la historia (menciona el holandés), ha dado la impresión de que los porteros no son futbolistas… Cuando el portero juega bien, es un hecho que el equipo lo ha hecho mal”, y la buena actuación de Michel, evidenciaba el mal funcionamiento del Rebaño.