La campaña para las elecciones legislativas en Irán, que se celebrarán mañana viernes, concluyó hoy con poca propaganda, escasos mítines y una cobertura mínima por parte de los medios de comunicación, por lo que se teme una gran abstención.
La campaña proselitista, que comenzó el pasado 23 de febrero, finalizó a las 08:00 horas iraníes (04:30 GMT), justo 24 horas antes de abrirse los 47 mil centros de votación instalados en todo el país, informó la Comisión Electoral Central, citada por la televisión iraní Press TV.
Aunque hubo una semana de campaña, sólo en los dos últimos días se pudieron observar más carteles en las calles y propaganda e información en los medios de Teherán.
Por novena vez en los 33 años de historia de la república islámica, un total de 48.2 millones de iraníes mayores de 16 años están llamados a las urnas para elegir a los 290 diputados del Parlamento de Irán.
Alrededor de mil 650 reporteros (mil 300 extranjeros y 350 nacionales) darán una cobertura informativa completa a los comicios, que iniciarán a las 08:00 horas iraníes (04.30 GMT) pero no tienen una hora exacta de cierre.
Un total de tres mil 467 candidatos de los cinco mil 382 que se inscribieron en un principio, fueron aprobados por el Consejo de Guardianes de la Revolución, precisó en rueda de prensa el vocero de la Comisión Electoral Central, Abas Ali Kadjodai.
El Consejo, que está guiado por el líder supremo, Ali Jamenei, descalificó a mil 130 aspirantes, mientras otros 785 se retiraron por su voluntad.
Según Human Rights Watch la descalificación de cientos de candidatos de la oposición y reformistas ha sido, a veces, arbitraria, con argumentos como la falta de adherencia a la Constitución o el apoyo a organizaciones ilegales.
De acuerdo con Kadjodai, no habrá observadores internacionales ni nacionales en estos comicios, pero el público podrá denunciar posibles irregularidades.
Del total del padrón electoral, 3.9 millones podrán ejercer el derecho al sufragio por primera vez en Irán, donde alrededor de un 70 por ciento de la población tiene menos de 35 años.
Ante la falta de encuestas fiables, varios responsables pronosticaron una participación de entre 57 y 60 por ciento a nivel nacional y de 37 por ciento sólo en Teherán.
Por ello, algunos dirigentes lanzaron numerosos llamados a participar en estos comicios, los primeros desde la reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad en 2009, que originó manifestaciones y sumió al país en una de las crisis políticas más graves de su historia.
A raíz de la reelección de Ahmadinejad, los dos candidatos opositores -Mir-Hossein Moussavi y Mehdi Karroubi- encabezaron una ola de protestas callejeras durante casi ocho meses que desestabilizaron y polarizaron el espectro político iraní.
Numerosos reformadores, marginados por una represión que prohibió a sus dos principales movimientos y envió a sus principales dirigentes a la cárcel o los colocó en prisión domiciliaria, decidieron no participar en los comicios.
Sin embargo, ciertos pequeños partidos reformadores presentan algunas listas, con la esperanza de mantener su presencia en el Parlamento (Majlis).
