Ha sido mi intención algunas veces en esta columna anticiparme a fechas conmemorativas, particularmente regionales con el objeto de que quizás sirva que con tiempo prudente se tome nota y puedan organizarse, ya sea por las instituciones de Gobierno, privadas o civiles, eventos que nos permitan al menos no olvidar nuestra historia.
En esta ocasión brevemente me referiré a que el próximo 2 de abril es el 98 aniversario de la conocida como tercera toma de Torreón por las fuerzas revolucionarias en 1914, la cual fue el preludio de la Toma de Zacatecas y considerada estratégicamente aún más importante que ésta.
Destaca de este acontecimiento histórico el cruento asalto el 25 de marzo del Cerro de la Pila considerado como una de las más heroicas batallas de la Revolución Mexicana.
En los hechos podemos ir haciendo que este lugar sea un sitio histórico dado que no se vislumbra que sea expedido el prometido decreto de considerarlo como tal desde la administración del Gobierno Estatal pasado.
Me atrevo a proponer que puedan organizarse eventos populares tales como un certamen de disfraces de Adelitas y Revolucionarios, una carrera atlética con antorchas que termine en el monumento ecuestre, valga la redundancia, monumental a Villa, brindarles pintura a los habitantes de las faldas del cerro para que sus casas estén de un mismo color, conferencias sobre la crónica de tan significativa batalla, además de otros de índole académico o quizás hasta una representación masiva del hecho histórico.
Es así como se construye y fortalece la fuerza de una identidad, de un orgullo de ser y pertenecer, de una cohesión social capaz de reflexionar de su pasado y de ir sentando las bases para que dentro de dos años tengamos una conmemoración centenaria digna de nuestra historia.