El viernes presencie desde las 6 de la tarde hasta las 11 de la noche la sesión de la cámara de diputados transmitida por el canal del Congreso, y les adelanto que observé un montaje teatral donde las decisiones sobre la "contrarreforma" laboral ya habían sido tomadas desde antes. Era tal el vacío escénico que recordé una frase muy fuerte que leí recientemente "¿no les da pena tener esperanza?". Lo digo porque a sabiendas de que no serían escuchados, una y otra vez pasaban diputados de izquierda con los más claros y fundamentados razonamientos históricos...
... económicos, morales, legales, etc. etc., y los más elocuentes y conmovedores discursos, a tratar de convencer sobre modificaciones a los artículos reservados de la iniciativa preferente (rápida y furiosa) de Felipe Calderón.
Y así, una y otra vez fueron votadas negativamente estas propuestas por una mayoría robótica de diputados del PRI, PAN y PVEM que ni siquiera fueron capaces de definir con precisión y claridad algunos conceptos que ahí aprobaron.
Acaso es tener mucho valor o fe ciega el estar insistiendo en que se razonara, o es también parte del disfraz que requiere la "democracia parlamentaria".
Ante esta obra maestra del cinismo y el imperio de la brutal inconsciencia sobre el espantoso futuro que tendremos con estas formas por demás ignorantes de ponerse de acuerdo, o corregimos o seremos cómplices de no haber construido un mejor mañana para los niños y jóvenes de hoy.
Me queda claro que el único camino posible para una transformación real de esta sociedad, en beneficio de todos, sólo será posible a través de una profunda revolución de las conciencias, y de lo que no me arrepentiré nunca es de seguirle apostando a los jóvenes, en ellos se finca mi esperanza.
En otro asunto aprovecho felicitar al Químico Guillermo Rodríguez Rodríguez, por asumir la presidencia de la organización ciudadana "Unidos por Gómez Palacio" A.C. enhorabuena.