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Claustro de los radicales

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Alfonso Nava

Con 12 años de presencia, el Laboratorio Arte Alameda se ha convertido en el cerebro del arte contemporáneo en México por su labor de conocimiento, rescate, investigación y diálogo continuo sobre la producción vanguardista.

Existen espacios cuya comprensión requiere conocer el contexto en el cual nacieron. El Laboratorio Arte Alameda es uno de ellos.

El desarrollo tecnológico es indisociable de la Historia. La tecnología crece en su potencial destructivo, pero también satisface o genera necesidades. Solemos mirarla en su más elemental espíritu de funcionalidad, atendemos menos a su valor de uso que a su valor de cambio. Pero el arte entendió otras maneras de trastocar los sentidos originarios de la tecnología.

Las vanguardias del último cuarto del siglo XX decretaron la muerte de las plataformas originales: pintura, escultura, música sinfónica, literatura naturalista. De la deconstrucción de tales manifestaciones se pasó a la exploración de medios electrónicos. La Historia nos muestra que la música y el video fueron la avanzada; Alemania y en general Europa del Este son la cuna del videoarte. Hoy el Net-art gana adeptos y se transforma en una plataforma cada vez más seria, lejana además de tabuladores de casas de subastas y con un acceso de cierto modo más abierto y libre; basta una conexión a Internet para crear y ser espectador de tal género.

Desde la Generación de la Ruptura, México fue atento al llamado de la avanzada creativa; como resultado de esa primera disidencia artística surgieron varios colectivos y artistas que generaron obras desde los medios alternativos, las plataformas tecnológicas y la reconstitución de los viejos formatos. Autores internacionales como Francis Allys, Marina Abramovic y la legendaria Pola Weiss residieron en un México que, justamente, tenía muy buena sensibilidad ante esta revolución.

Ese marco de entusiasmo, voluntad creativa y experimentación justifica el surgimiento del Laboratorio Arte Alameda, que llega tarde al panorama mexicano pero quizá en el momento de mayor madurez para los géneros contemporáneos.

FUSIÓN DE PASADO Y FUTURO

El Laboratorio Arte Alameda (LAA) reside en un bello inmueble del siglo XVI: el antiguo Convento de San Diego, ubicado en el extrarradio de la Alameda central en la Ciudad de México.

En 1964 el edificio fue acondicionado para albergar la Pinacoteca Virreinal, acervo que en 2000 fue reubicado en el Museo Nacional de Arte. Ese mismo año se erigió el Laboratorio Arte Alameda en el exconvento, con las seis salas que lo conforman: el atrio, la nave principal, el coro, la capilla de Dolores, el claustro bajo y una nueva sala anexa; las cinco primeras conservan la arquitectura original.

El espacio fue concebido no sólo como un simple taller de trabajo o como un recinto museístico: el LAA se dedica a labores académicas y de investigación; la creación de un acervo de arte contemporáneo; la documentación de piezas y colecciones; mantiene un programa editorial de difusión y vincula con instituciones similares (dentro y fuera del país, públicas y privadas) para la realización de nuevos proyectos.

Aunque da cabida de manera general al arte contemporáneo en todas sus formas, son principios fundacionales del LAA concentrarse en aquellas piezas que dialoguen con la tecnología como escenario alternativo y continuar la reflexión respecto a esta tradición creativa. Así, el LAA cumple la función de formar sólidas bases de análisis respecto a dichos géneros del arte contemporáneo y origina perspectivas renovadas, serias, sin caprichos experimentales o charlatanerías, respecto al papel de la tecnología como plataforma del arte.

Muchos afirman que la institucionalización de una vanguardia es el fin del espíritu libre y revolucionario que define su naturaleza. Sin embargo, el LAA sólo ha pretendido que los nuevos paradigmas del Art-Tech, junto a los demás géneros del arte contemporáneo, dialoguen con sus orígenes, con las vanguardias fundacionales y también, por qué no, con las plataformas convencionales y las tradiciones plásticas mexicanas. La dinámica del LAA es un espejo del inmueble mismo: una estructura clásica que resguarda las semillas de las revoluciones por venir. Un palacete del pasado en cuyo interior conviven el presente y el futuro.

LABORATORIO EN ACCIÓN

Como se mencionó antes, el LAA abarca de manera general al arte contemporáneo, pero sus programas de investigación, académicos, de resguardo y curatoriales se enfocan al tema de la tecnología como soporte del arte.

Fuera de los seminarios o talleres eventuales, el LAA no es como tal un centro de trabajo: no recibe artistas en sus espacios ni financia proyectos. Para los creadores, es más un lugar de exhibición y aprendizaje teórico. Su definición como ‘laboratorio’ se ciñe a la concepción de éste como un sitio donde se genera conocimiento a partir de la experimentación, de poner a prueba una hipótesis y sujetarla a resultados.

De tal manera, sus ejes mayores de acción son tres. El primero: la exposición, que depende de una dictaminación previa de la pieza y de que sus proporciones estén diseñadas deliberadamente para las zonas de exhibición del LAA. Parte de las premisas del laboratorio radica asimismo en analizar y dialogar continuamente sobre la relación entre las piezas y el área donde se les monta, bajo la idea de que ésta última debe integrarse también al espectro estético de una obra.

El segundo eje es el de la academia, que en LAA se desarrolla a partir de seminarios continuos, proyectos de investigación y un programa editorial que permite la difusión de los conocimientos generados por tales actividades. Esta dinámica se planea año con año, opera bajo temáticas o tendencias globales en curso, o repasa la historia de los géneros del arte contemporáneo. Tales seminarios se realizan en vinculación con otras instituciones del mundo, bajo la idea de que el diálogo sea lo más amplio y abierto posible.

Fuera de serie: Ready Media

Mención aparte merece el tercer eje: el programa Ready Media (nombre tomado del concepto Ready Made, de Marcel Duchamp), que es el proyecto mayor de recuperación, documentación, investigación y curaduría de las prácticas de Art-Tech que se realizan en México.

Ready Media es una serie documental rescatada en 23 horas de video, que contiene la lectura crítica de diversos curadores, artistas e investigadores, a quienes les fue entregado el archivo completo de trabajo de 10 años de la institución. De hecho, tal evento fue realizado con motivo de la primera década de operación del Laboratorio Arte Alameda, no con fines retrospectivos sino justamente para ampliar ese modelo de laboratorio (conocimiento crítico condicionado a prueba y resultado) que lo sustenta.

Cada lectura es una experiencia distinta. Entre el material que contiene Ready Media se hallan ensayos, tesis, propuestas de investigación ampliamente desarrolladas, y hasta piezas (sobre todo en audio y video) que fueron preparadas por los creadores invitados y en las cuales se manifiesta justamente su interpretación crítica sobre el trabajo de LAA y el desarrollo del arte contemporáneo mexicano en general.

Los archivos de 10 años del LAA se encuentran a disposición de quien desee revisarlos vía Internet, en la página del recinto. También es posible consultarlos físicamente, sólo es preciso realizar antes una solicitud formal, explicando con detalle el motivo de la investigación. Cabe decir que tal archivo es ya, sin duda, uno de los documentos más valiosos en lo que se refiere al arte mexicano, pues registra no nada más el trabajo del Laboratorio Arte Alameda, sino la historia completa de las expresiones artísticas contemporáneas en nuestro país. Es una especie de evangelio para aquel investigador o creador que tenga inquietudes respecto a una tradición que en México ha tenido un desarrollo sostenido y sus particulares interpretaciones.

PUNTO DE REUNIÓN

Actualmente puede visitarse la exposición Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa de Tania Candiani, la cual permanecerá abierta hasta el 14 de octubre. Y más allá de la siempre valiosa programación en turno, el Laboratorio Arte Alameda es en sí mismo un espacio que vale la pena conocer en cualquier momento, el indiscutible punto de convergencia entre el arte y la tecnología.

Correo-e: ziggynsane@gmail.com

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