Clítoris, ese desconocido

Incontables mujeres creen que no alcanzan el orgasmo porque la penetración no es suficiente y su pareja no les estimula el clítoris. Esa misma idea la comparten muchos hombres. Cierto que este órgano desempeña un rol esencial para el clímax femenino, pero la mayoría desconoce cuál es su papel durante el sexo.

Está comprobado que existe una enorme y desfavorable ignorancia sobre el clítoris. Por ejemplo, en una encuesta a 100 hombres mayores de 18 años, solamente 10 supieron su ubicación y apenas uno estaba enterado de las diferentes partes que lo integran. Mientras que de 100 mujeres en el mismo rango de edad, la totalidad conocía su ubicación corporal pero aunque parezca increíble sólo una sabía de su estructura y función real para la vida erótica.

Este desconocimiento es responsabilidad de los educadores: padres de familia, maestros y todos los supuestos cuidadores de la salud sexual. La consecuencia: hombres y mujeres, por igual, se ven afectados durante toda su vida por esa falta de información.

CONOCIÉNDOLO

El clítoris es un órgano de placer sexual análogo al pene y se ubica en la vulva, como se denomina al conjunto de genitales externos de la mujer. Para comprender la manera en que ‘actúa’, es preciso entender cómo está constituido.

La vulva presenta en su parte media una depresión en cuyo fondo se abren la uretra y la vagina, limitada a ambos lados por dos formaciones labiales. Los labios mayores se unen y se pierden en el monte de Venus que es un saliente redondeado, mientras que los menores envuelven al clítoris. Éste se divide en cuerpo, rodilla y glande, el cual tiene una conformación parecida a la del glande del pene, e igualmente presenta un ligamento suspensor que hace las veces de soporte de la erección. Tiene numerosas venas facilitadoras de la circulación sanguínea y nervios que terminan en el glande, dotados de corpúsculos responsables de recibir la estimulación que se convertirá en la máxima expresión de goce sexual en la mujer.

Es preciso resaltar un punto muy importante: lo que la mayoría piensa que es el clítoris en realidad sólo es el glande. Por esa confusión, cuando se habla de estimularlo, lo usual es que la persona se enfoque en esa pequeña sección que emerge del cuerpo. Sin embargo el clítoris como órgano eréctil abarca adecuadamente varios puntos estratégicos de excitación. Comparándolo nuevamente con el pene, éste posee una estructura monotubular, mientras que el clítoris se abre en dos secciones llamadas ‘piernas’, las cuales rodean la parte interior de los labios menores y una fracción de los mayores, llegando a medir en promedio entre cinco y nueve centímetros, que dan lugar a una región ampliamente sensible a la incitación.

EL DESPERTAR SEXUAL

El clítoris no ‘aparece’ por la actividad sexual; se forma desde el desarrollo embrionario, como elemento de la vagina.

Su estimulación placentera es descubierta en cualquier momento por la mujer al examinar sus genitales; lo usual es que la detección de esta área como zona erógena se dé en la pubertad, con el despertar hormonal sexual y la masturbación.

La capacidad de autoprovocarse orgasmos da a la adolescente una forma de exploración sexual novedosa, pero llena de sentimientos encontrados y confusión por la influencia represiva o permisiva de la cultura en que vive. Hogares donde el tema del sexo se evade o sataniza, conforman ejércitos de féminas con una expresión sexual frustrada, pues el hallazgo del clítoris se verá afectado por el temor, la vergüenza y la culpa, contribuyendo en el futuro a la infelicidad erótica. La educación al respecto libera de las mentiras, prejuicios y vicios mentales que impiden la felicidad integral.

SABER ‘MANEJARLO’

Un mito ampliamente extendido es que si la mujer consigue sus orgasmos mediante la estimulación oral o manual del clítoris es inmadura, y si los obtiene por medio de la penetración vaginal es madura. Esta creencia fue reforzada por el doctor Sigmund Freud en su teoría psicoanalítica. Desde luego no es cuestión de madurez, sino de información y destreza. En la actualidad está comprobado que hay varias maneras de excitar el clítoris, lograrlo depende del conocimiento que se tenga de él. Quien cree que únicamente manipulando su cima puede obtener el clímax no ha explorado adecuadamente su vulva. Sin duda alguna el clítoris puede sentir placer a través de la penetración, con cada tirón de piel que vaya ocurriendo en el área.

Dada su capacidad de erección, cuando la mujer está lo suficientemente incitada durante el coito, éste se mantiene elevado, firme y sensible a la presión que el varón hace sobre el pubis de ella al ritmo que ambos determinan. La erección del glande de ella se sostendrá y las sensaciones bañarán de lleno al órgano completo.

La raíz del clítoris se asienta en la porción baja del hueso púbico femenino y así, durante el coito ‘golpea’ amortiguada con el del hombre (ubicado encima de la raíz del pene). Para una mayor estimulación, la mujer debe ubicarse de tal manera que favorezca ese entrechoque. El efecto buscado es mover el clítoris (bajo presión y fricción) hacia abajo mientras el miembro entra, y hacia arriba al final del empuje del pene. De esta manera, con cada acometida, el glande femenino se frota a lo largo del hueso de su amante. Tal roce le garantiza a cualquier mujer alcanzar voluntariamente sus orgasmos y no sólo depender del entusiasmo y conocimiento de su pareja, sino construir su propio placer.

La mujer puede aprender a controlar sus movimientos pélvicos a fin de prolongar el acto íntimo. La cooperación mutua entre dos que se aman hará de sus encuentros episodios breves o alargados, según su preferencia. La actitud pasiva femenina es cosa del pasado. Conocer su cuerpo, su sexualidad, ampliar su conocimiento en técnicas amatorias y compartir esa valiosa información con su ‘media naranja’, hace la diferencia.

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Fuente: Apuntes del Médico Cirujano Ricardo Pizaña Wong sobre lecciones de anatomía y sexualidad.

CINCO RECOMENDACIONES PARA ELLAS

1. Enfrente su ignorancia, empiece cuanto antes a conocer su anatomía sexual. Revise detalladamente cada ángulo que involucra a su clítoris como fuente de deleite.

2. Despréndase de la pasividad. Ahora la mujer toma la iniciativa de buscar los puntos naturales del gozo íntimo.

3. Hable hoy mismo con su compañero y comuníquele su inquietud e interés en descubrir zonas erógenas que siempre han estado latentes en su cuerpo. Dinamice la relación.

4. Acuda con su sexólogo de confianza y externe todas sus dudas. Pídale asesoría, consejo, recomendación de lecturas, videos educativos.

5. Ponga manos a la obra en pareja. La vida placentera de los amantes requiere de la cooperación y responsabilidad compartida. Si es posible, entren a un taller de sexualidad actualizado donde realmente aprendan a conocer juntos su cuerpo y las formas de abordarlo sexualmente.