El ecólogo Daniel Janzen promueve la utilización de marcadores genéticos para clasificar animales y conocer el estatus de faunas.
El ecólogo estadunidense Daniel H. Janzen afirmó que confía en la consolidación del "código de barras de la vida" para la clasificación de las especies vivas y mejorar con ello su conocimiento y conservación.
Con motivo del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en categoría de Ecología y Biología de la Conservación que recibirá en esta capital el jueves próximo, comentó que "se trata de un proceso que va a continuar" .
Janzen, de Milwaukee, Estados Unidos, es uno de los pioneros y promotores del proyecto internacional de "código de barras de la vida", que aspira a identificar al 5 por ciento de las especies mediante uso de marcadores genéticos.
Es un sistema de uso de técnicas genéticas de última generación basadas en secuenciación de ADN para clasificación de especies, que permitirá rápidos diagnósticos del estatus de conservación de faunas, al posibilitar la rápida catalogación de especies.
"Inicialmente el reto fue condensar toda la información en una máquina manejada por una persona, pero el reto es reducirlo a algo más manejable, más pequeño, es un desafío enorme y está en proceso", explicó.
Recordó que ya hay mucha información catalogada de especies animales y vegetales en las bibliotecas y laboratorios, y se quiere contrastar con toda esa información cada vez que se encuentre una especie.
"La idea es que permita identificar dónde está, tomarle foto, dar la información para saber dónde existe, y cuando se tenga el nombre se sepa dónde está y qué está haciendo", expresó.
Sobre el trabajo para evitar la pérdida de especies, mencionó que en las zonas tropicales, donde se remueve mucha tierra y vegetación para utilizar terrenos a la agricultura, es donde se pierden especies sin saber si las hay en áreas cercanas.
Explicó que el otro problema está en la falta de árboles jóvenes de algunas especies consideradas muy antiguas y de las que hay pocos ejemplos, que son las que se quieren preservar.
Janzen, quien ha trabajado en México, Australia, Nigeria y Malasia, y ahora lo hace en la región de Guanacaste, Costa Rica, defendió su proyecto de "parataxónomos", que son pobladores de las comunidades en las que investiga a los que enseña a trabajar en su área.
Explicó que es más fácil tener los 365 días del año a personas que son del lugar, que llevar estudiantes de las universidades (principalmente de Estados Unidos), a los que ha dejado de llevar a sus proyectos y por lo que recibe fuertes críticas.
Explicó que ha sido cuestionado por académicos de Costa Rica que le critican que emplea a personas sin estudios, a lo que responde que él les enseña y "el concepto funciona" porque son personas de esas mismas comunidades, que viven en sus casas y no se les paga extra por traslado.
Aseguró que uno de los beneficios es que ese conocimiento que transmite se extiende a los familiares y amigo de cada parataxónomo que forma, y con eso se rompen también estructuras sociales.