Referirse al conflicto social es hablar de un aspecto central, amplio y complejo de la organización social y permite múltiples ventanas de entrada, no sólo desde una tipología de conflictos sino desde la aprehensión de sus diferentes aspectos con diferentes bases disciplinarias.
La ciudad alcanza niveles insospechados en cantidad, diversidad y complejidad y que influye en los problemas que alberga: desde las dificultades de sus propios sistemas funcionales, pasando por las dificultades en la provisión de bienes y servicios públicos (salud, educación, vivienda, servicios públicos domiciliarios) y los ambientales, hasta llegar a aquellos relacionados con la convivencia y la inseguridad.
Los psicólogos también mencionan el estrés asociado a un acelerado ritmo de vida, la depresión, el aislamiento y la pérdida de identidad como complicaciones propias de la vida citadina. Todo esto constituye lo que algunos autores denominan "patología social urbana".
Es necesaria la apropiación del espacio público por parte de la ciudadanía como elemento disuasivo de delitos y conflictividades sociales. Imagínate lo ideal que el comercio permaneciera abierto hasta la noche. Las calles fueran tomadas por miles de ciudadanos, entretenidos, además, por diversos artistas locales, como mimos o estatuas humanas.
Una motivación posible para desarrollar esta actividad, pudiera ser el desarrollar un esquema de convivencia y cultura ciudadana. Es necesario identificar y utilizar los recursos existentes en nuestra comunidad.
Las intervenciones en el espacio público para manejar conflictos sociales o prevenir delitos, pueden adolecer de un efecto de desplazamiento. Son fenómenos espacio-temporales que se pueden presentar al intervenir un sitio en la búsqueda de disminuir la oportunidad de ocurrencia delictiva. En este caso, es inhibido un determinado delito, pero el fenómeno se desplaza a un contexto más favorable. De hecho, esta es una de las críticas más frecuentes a las intervenciones de la prevención situacional del crimen.
Ahora bien, es cierto que el mecanismo de vigilancia natural solo no basta para hacer seguros los espacios públicos, sin embargo, la evidencia muestra que la falta de este elemento en el diseño urbanístico y arquitectónico sí puede contribuir a situaciones de incivilidad, como ocurre en las soluciones de vivienda de interés social francesas ('cités') donde, además de otros problemas de índole social y de integración de comunidades principalmente de emigrantes, han ocurrido en fenómenos críticos de violencia urbana los últimos años.
El ciudadano apropiado del espacio público desarrolla una propensión a la convivencia y al manejo de los conflictos sociales. La evidencia en Medellín así lo deja entrever.
En este período, y en la comuna nororiental de Medellín, han sido desarrolladas grandes intervenciones urbanísticas, que incluyen un sistema de transporte público por cable, así como una gran biblioteca diseñada por un afamado arquitecto internacional y numerosos paseos peatonales y parques.
Estas intervenciones urbanas y de recuperación del espacio público son piezas clave de un gran proyecto urbanístico integral que ha contribuido, en conjunto con una serie de acciones sociales y económicas, a mejorar la calidad de vida de los(as) habitantes pobres de la zona, aumentar los niveles de pertenencia y convivencia y disminuir la violencia.
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