"Vivan los que hacen vivir a México, a pesar de los idiotas que insisten en matarlo", fue una frase que leí en twitter el 16 de septiembre, frase que tiene mucho de esperanza y va dirigida a los héroes anónimos que día a día hacen el milagro de que en muchas familias se viva en armonía.
Se espera que cada mexicano desde su quehacer contribuya a mejorar la vida en común en este país. También se espera que los ejes rectores, tales como justicia social, transparencia, la lucha contra la corrupción y la rendición de cuentas; planteados por Enrique Peña Nieto, se apliquen en politicas publicas.
Se espera que todos los actores politicos, sociales y economicos ahora sí cumplan su rol en bien de una nación que sólo los ha visto durante siglos salvaguardar intereses personales y de grupo.
En cuanto a los actores políticos, ojalá recuerden que el objetivo de una oposición no es hacerle la vida imposible al gobierno en turno, sino contribuir a construir una sociedad donde se pueda implantar un desarrollo sustentable, hacerle frente con estrategia a la pobreza, al sistema educativo, claro que se debe fiscalizar al gobierno, los actores sociales deberán impulsar la contraloría social. La fiscalización ciudadana es importante, ya que los recursos públicos que terminan como patrimonio personal de alguien, ese alguien hace más daño que el solo dinero que robó.
Hay que entender que es más importante construir mejores niveles de vida para las próximas generaciones, que para las próximas elecciones, sean locales o federales. Y es lo que deben entender quienes ya planean las elecciones 2018.
Recordemos que cuando no hay patria no puede haber sentimiento colectivo de la nacionalidad, y es dejar de lado los vítores patrioteros. ¡Vayamos construyendo el camino para la construcción de ciudadanía! Hacer crecer a la nación solo es posible en la medida que marquemos el ritmo unísono, los corazones para un noble perfeccionamiento. Claro, sin impunidad, sin miseria y con justicia social.
Una patria es mucho más que un país, un país está ubicado geográficamente, una patria es simulátneidad en la aspiración de la grandeza, es sincronismo de espíritus y de corazones. Decía José Ingenieros. Mientras un país no es una patria, sus habitantes no constituyen una nación.
Es un hecho inobjetable que aquel que produce con calidad y ofrece precio accesible los bienes y servicios que sus semejantes necesitan, presta a la nación un servicio más valioso que todos los que sólo hablan de planes para erradicar la pobreza. Definitivamente el verdadero patriota es quien contribuye a generar bienestar entre unos y otros, y no quienes sólo ofrecen discursos y promesas.
Si la adversidad que vivimos en este país no nos une para lograr una verdadera prosperidad generalizada, jamás tendremos la oportunidad de lograrlo ya que dependerá de un pensamiento colectivo.
La toma de protesta se dará, quizá asistirán o no los que dirigen el PAN o el PRD, pero lo verdaderamente importante es lo que sucederá después de que EPN sea declarado formalmente presidente de México: ¿Cómo vamos a convivir los mexicanos?, ¿cómo vamos a mejorar el sistema educativo?, ¿se van a fomentar empleos estables? (al 2011, según INEGI, 14 millones de mexicanos viven de la economía informal, como los viene-viene, las empleadas domésticas, etc.).
¿Se va a evaluar el desempeño de los maestros?, ¿Van a tener por fin, los mexicanos, capacidad de ahorro?, ¿Habrá reforma… energética, penal, fiscal, política, laboral, de modelo económico?, ¿Qué solución se dará al asunto de los Ninis?, ¿Cuándo será el día en que México esté unido?
Tenemos el poder de Transformar Quejatitlan.
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