Muchos de nuestros semejantes se niegan a sí mismos, no se conocen, ignoran de lo que son capaces, ignoran que todos los seres pueden descubrir los secretos de la vida, que de hecho, son secretos porque no los hacen propios, pero están dentro de nosotros mismos.
Ya hemos dicho que se requiere crear un grupo operativo que pueda influir de manera positiva en sectores sociales, al estar convencidos de que los espacios de poder e influencia deben ser herramientas necesarias para impulsar cambios sociales trascendentes en la comunidad. Reiteramos que se requiere crear una estructura que permita el desarrollo de acciones estratégicas dirigidas al logro de incidir en la construcción de mejor ciudadanía y por ende mejor bienestar social.
También comentamos que el grado de efectividad depende de factores económicos y nivel educativo de los voluntarios en acciones ciudadanas y comunitarias. Las características subjetivas de los actores sociales y de quienes gobiernan son determinantes
Apuntábamos hace semanas que la sociedad civil organizada entre sus actividades está la de construir en otros ciudadanos habilidades y conceptos, que la participación social es un proceso a construir que requiere, necesariamente, de una organización de la sociedad, asignándose entre voluntarios tareas concretas orientadas hacia programas específicos.
Qué tal si entre las tareas concretas están las de crear un espacio de consumidores, proveedores y distribuidores, donde la ciudadanía pueda ejercer la opción de consumo con compromiso social.
Recordemos que apenas la semana pasada hablábamos de la dama que invitaba a confiar entre nosotros, a que aprendiéramos a hacer compras inteligentes, invitaba a hacer listas de los artículos incluyendo la despensa y entre todos elegir a un solo proveedor, a aquel que sea lo suficientemente inteligente para ser solidario. Invitaba también hacer una lista de nuestros talentos y habilidades, de cuáles son los servicios y bienes que podemos ofrecer; y consumirnos entre nosotros, casi nos pedía reflexionar sobre qué ofrecemos al mercado, qué necesidad del mercado social satisfacemos. Finalizaba con una reflexión casi imposible en esta época: ¡Hasta capacidad de ahorro vamos a tener!
Una tarea concreta puede ser impulsar un mercado en el que los pequeños productores vuelvan a controlar la venta y distribución de lo que producen y puedan fijar el precio de sus productos o lo fijen en común acuerdo con el consumidor, aglutinando los esfuerzos ciudadanos para multiplicar la fuerza que posee un consumidor de forma aislada.
Si recordamos que participar implica una acción y preferentemente procurar un resultado de beneficio grupal, pues que mejor que impulsar los talentos, reflexionar que nuestro principal patrimonio es la capacidad que poseemos de generar riqueza. Nuestra profesión u oficio aumenta la habilidad para ganar dinero, por lo que un paso importante es ser consciente de nuestras habilidades, talentos y conocimientos de algún producto, actividad y/o servicio. Todos tenemos mínimo un elemento capitalizable, así como la capacidad de aprenderlo, aprender desde establecer contactos, relacionarse con el mayor número de personas, el calor del buen trato a los demás, hasta lo más complejo del mundo empresarial.
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