En 2008 el precio del gas natural en Estados Unidos (EU) se ubicó cerca de 14 dólares por millón de BTU (MBTU), lo que preocupó bastante a las empresas y los consumidores residenciales en nuestro país, que vieron un alza considerable en el costo de este energético, cuyo precio local se vincula con el que existe en EU.
Las autoridades mexicanas sugirieron la contratación de coberturas a las empresas proveedoras, que se hicieron alrededor de los 8 dólares por MBTU. Eso alivió un poco la carga financiera para los usuarios nacionales, pero el gusto duró muy poco, puesto que desde entonces el precio del gas natural cayó por debajo de ese nivel y ha continuado en caída libre.
Por ejemplo, la dichosa cobertura hizo que en 2010 los consumidores del energético en nuestro país pagaran montos alrededor de dos veces las cotizaciones vigentes en ese entonces en el mercado de referencia en EU, lo que afectó la competitividad de nuestras empresas y el bolsillo de los consumidores nacionales.
El 7 abril de ese año comenté que los precios bajos en EU, contrario a la expectativa de transitoriedad de muchos analistas, estaban para quedarse. Señalé, en particular, que el cambio tecnológico dramático que ocurría en el mercado estadounidense de gas natural hacía que "bien pudiéramos encontrarnos en el umbral de un largo período de gas barato, en el que los precios pudieran mantenerse alrededor de los niveles actuales (4 dólares por MBTU) por varios años".
Los usuarios mexicanos, sin embargo, no nos hemos beneficiado al igual que los estadounidenses de este desplome en el precio del gas natural. No sólo pagamos mayores precios que en EU mientras duró la cobertura, sino que hemos seguido pagándolos aún después de que terminó.
En efecto, la cobertura del precio del gas natural terminó en 2010, pero desde entonces poco o nada nos hemos favorecido por el hecho que durante muchos meses del año pasado el gas se cotizó por debajo de 4 dólares por MBTU, así como que desde hace semanas se ubica alrededor de los 2.50 dólares por MBTU.
En cierto sentido, la situación, por lo menos para los consumidores residenciales, ha empeorado.
Por ejemplo, el precio final que paga el consumidor residencial de la empresa Gas Natural México incluye diferentes cargos. Primero, el precio de adquisición, que según la página de Internet de esa empresa consiste en "el precio del combustible que se cobra a los clientes, tal como lo cobra PEMEX".
Segundo, la distribución con comercialización, que "es el volumen consumido de gas natural multiplicado por la tarifa de distribución". Tercero, un cargo por la prestación del servicio y, desde 2008, un cuarto cobro, que se denomina ajuste operativo, que la empresa simplemente no explica, pero que equivale a alrededor del 2.35% del cargo total por adquisición.
Un repaso de esas tarifas desde diciembre de 2007 a la fecha muestra las causas por las que los consumidores residenciales en México no se han beneficiado como sus contrapartes estadounidenses del desplome del precio del gas natural.
Primero, porque la reducción del precio de adquisición actual respecto al precio de adquisición con base en la cobertura de 8 dólares por MBTU, aun considerando las diferencias en la cotización del dólar, es menor al casi 70 por ciento que ha disminuido el precio del gas en el mercado estadounidense respecto a la misma referencia.
Segundo, y lo más importante, porque la mayor parte de ese beneficio se lo quedó la empresa distribuidora, que logró negociar con la autoridad reguladora alzas considerables en la tarifa de distribución.
En efecto, mientras que el precio de adquisición cayó en pesos alrededor de 33 por ciento entre diciembre de 2007 y diciembre del año pasado, la tarifa de comercialización se elevó en casi 69 por ciento, dejando como resultado un alza neta de 6.7 por ciento para el consumidor residencial que, como mención antes, paga ahora un cargo adicional por "ajuste operativo".
La expectativa para el precio del gas natural en EU es que suba algo de los niveles deprimidos actuales, principalmente porque habrá recortes temporales en su producción. No obstante, la previsión sigue siendo que durante los dos próximos años se mantenga, en promedio, por debajo de su cotización media de 2011 (4.026 dólares por MBTU).
No parece que los consumidores mexicanos nos beneficiaremos de esos menores precios. Por un lado, porque la actitud irresponsable y miope de nuestros gobernantes equipara erróneamente la soberanía nacional con el monopolio energético en manos de Pemex, así como porque la Comisión Reguladora de Energía ha sido "capturada" por los intereses de los distribuidores oligopólicos privados.