El día de hoy, se inicia una nueva etapa en la vida de México; y como es lógico, muchos nos preguntamos ¿cómo se desempeñará el nuevo presidente?
Hay quienes insisten en que Peña Nieto tratará de que vuelvan los tiempos del autoritarismo y la intolerancia del viejo sistema; mientras otros afirman que ello es imposible, porque este país ya cambió y su desarrollo no tiene retorno.
En una compilación de artículos, el exministro Genaro Góngora Pimentel, publicó uno en que describe las cualidades que debe tener quien ocupe la llamada "silla del águila".
Afirma que se necesita un hombre como Lula da Salva, un obrero metalúrgico, tan terco que tuvo que competir tres veces por la presidencia hasta ganar; llegó apenas con lo necesario para ganar la elección y con la reticencia del empresariado y cuando salió tenía más de un ochenta por ciento de aprobación, incluida a la de los empresarios brasileños.
Lo que queremos aquí es un hombre que sepa usar la autoridad, dentro de los términos legales y el respeto a los derechos humanos; comprometido con México, amante de la paz y que impulse el desarrollo económico con justicia social, otorgando a los que menos tienen, un trabajo digno. ¡Ah!, y algo muy importante, que no tenga experiencia como presidente, porque para tenerla se requiere haber ocupado antes el cargo y eso entre nosotros no es posible.
Puede tener experiencia en otros niveles de gobierno, pero nada más; y con la visión suficiente como para aglutinar a los mejores hombres y mujeres del país, para integrar su gabinete, pero que a la vez tenga la fuerza para controlarlo, porque al final la responsabilidad es sólo suya.
Lo de la integración del gabinete, ya lo vimos y esperamos que den los resultados que necesitamos.
Dicho sea de paso, no puedo ocultar que me dio gusto enterarme del nombramiento del exgobernador Enrique Martínez, en Sagarpa; porque es un hombre probado, que conoce del tema y porque además, desde Horacio Flores de la Peña, no había un coahuilense que ocupara una secretaría de estado.
Aunque haya quienes piensan que el recién nombrado es "un gabinete de dinosaurios", debemos pensar que no hay que confundir a esos seres con personas experimentadas y probadas en el servicio público. Lo importante es que se tenga la apertura, como para incluir a los hombres y mujeres indicadas, plural y equitativo y creo que en ese sentido faltan más mujeres en el gabinete.
Pero volvamos con el cargo de presidente. Éste debe tener la apertura necesaria como para saber escuchar a todos los grupos que gobierna; con capacidad de negociación, pero con firmeza en el mando.
Que busque la solución de los principales problema nacionales, entre ellos, el de la inseguridad. Porque todos queremos volver a los tiempos en que salíamos a la calle con confianza y nuestras casas no estaban convertidas en fortalezas inexpugnables a las que no les entra ni el sol.
El país requiere de un hombre enamorado de él; Que tenga verdadera pasión por su gente y visión, decisión y claridad para entender sus problemas y darle soluciones viables a largo plazo.
Siempre se dice que hay que concederle, a quien llega a un cargo, el beneficio de la duda, un tiempo de prueba. Pero en estos tiempos no tenemos ese tiempo, debe comenzarse a actuar de inmediato y a mandar las señales necesarias para que sepamos que las cosas van a cambiar y para bien.
S i como se afirma, los problemas de la macroeconomía están resueltos, necesitamos que esos beneficios bajen a los bolsillos de los que menos tienen y evitar que el número de pobres siga creciendo.
No hay vuelta al pasado. Si Dios hubiera querido que anduviéramos volteando para atrás, nos hubiera puesto ojos en le nuca, pero nos los puso al frente.
Vamos a avanzar, pero todos juntos. Que ningún sector se quede rezagado, porque la felicidad sólo se logra en compañía.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".
