Desde mi niñez tuve inclinación por las estadísticas. Con el paso del tiempo las comprendí mejor (incluyendo sus limitaciones) y aprendí a aplicarlas en mis juicios y trabajo profesional. El método estadístico sirve hoy mundialmente para recopilar y analizar datos, para tomar decisiones que mejoren el estilo de vida. No hay nada de magia, solamente se busca cambiar lo que debe cambiarse, conservar lo que debe conservarse y respetar las decisiones que se derivan del método estadístico.
Esto requiere tenacidad y paciencia. Hay quienes creen que el deporte está reñido con las estadísticas. Cierto, hay ciertos deportes en donde son menos importantes que en otros; pero cualquier actividad humana, que depende de resultados, los números ayudan a descubrir donde se requieren correcciones y otras donde pueden lograrse resultados mejores.
Sin duda el beisbol ha crecido en el mundo, lo digo porque lo vivo de cerca, y he colaborado a estructurar y mejorar métodos que lo hacen crecer: importancia y respeto hacia toma de decisiones basadas en estadística; siempre respetando la importancia de jugadores y directivos en la toma de decisiones, basadas en cifras y datos comprobables. El futbol podría también beneficiarse de un sistema similar.
Pienso que el sistema de "liguillas" para decidir un campeón en nuestro futbol, es enemigo del método estadístico. Hasta ahora, sólo ha beneficiado a ciertos jugadores y entrenadores "chambistas": total, se limitan a calcular el mínimo de puntos necesarios para entrar a la liguilla; se olvidan de un público que paga por ver espectáculo; y dedican el menor esfuerzo físico y mental para evitar el descenso; y en el mayor de los casos sólo se "cuelan" como últimos en la liguilla. He oído a uno que otro que dice cínicamente, "el que quiera divertirse que vaya a ver una película cómica". No son muchos que son así, pero existen unos cuantos que tristemente, viven sólo para "conservar la chamba".
Los "torneos cortos" fueron popularizados por el futbol argentino, pero la regla fue: el que acaba en primer lugar es campeón, el último va al descenso. Nuestro futbol improvisó varios sistemas de liguilla, hasta llegar al actual (alguien me dijo en plan de broma que querían "imitar la Serie Mundial del beisbol de EU"). Al principio los equipos se repartían en dos grupos, todos contra todos a dos vueltas; y los ganadores de grupo jugaban la final, algo injusto pero tal vez tolerable; pero poco a poco, y creyendo que se ganaría más dinero y sin obligar a los equipos "pobres" a mejorar su estructura financiera, en vez de buscar "limpia de equipos improvisados". Se les ocurrió comenzar los torneos cortos con sus liguillas, algunas tan prolongadas que casi servían para crear torneos a tres vueltas…
La solución es muy sencilla: organizar campeonatos nacionales "amateurs" por estados y un campeonato nacional de "nuevos valores". Volver en las dos divisiones al campeonato de dos vueltas, todos contra todos, local y visita. Enseguida, un verdadero torneo de Copa con eliminatoria directa; y al final, un partido por el trofeo "Campeón de Campeones" anual, entre el campeón de liga y el de Copa. Y por si hay quienes aún defienden el sistema actual, basta recordar que cada vez hay más equipos que desaparecen o se venden por incosteables (desde 1950 desaparecieron 25 equipos de la Primera División y la mayoría no han vuelto al futbol organizado) y por si queda duda de la injusticia del actual sistema: desde que se implantaron torneos cortos y liguillas para decidir el campeón, sólo en un 20% de esos casos, el equipo que terminó en primer lugar en el torneo regular, pudo confirmar su superioridad coronándose campeón en la liguilla…
!Ojalá alguien con sentido común lea lo que significan esas estadísticas!
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