Había pensado antes hablar sobre la IFFHS. Lo hago ahora. Es una organización a la que pertenezco desde 1984, que dedicada a controlar y difundir las estadísticas más importantes del futbol mundial, y reconocer anualmente a los mejores del mundo. Ha sido pionera, y es única en su género. Acabamos de tener un cambio importante en su dirección (no en sus propósitos) y quiero compartir y aclarar con mis lectores muchas cosas en relación con esta "Federación de Historia y Estadística del Futbol", donde todos somos, aparte de aficionados, auténticos "ratones de biblioteca", que procedemos de todos los rincones del mundo. Nos une el amor por el deporte que consideramos más bello y sin duda el más popular del mundo.
Cuando en 1984 mi amigo el periodista británico Keir Radnedge, recomendó mi ingreso al grupo al fundador y entonces director de IFFHS, el alemán Alfredo W. Poge, acepté enseguida. Me tocaba informar sobre la historia y estadísticas del futbol de Norte, Centroamérica y el Caribe. (Hasta hoy rehuso decirle Concacaf, que tiene en español sonidos guturales poco agradables al oído. Ustedes me entienden…). Encontré importante la labor del grupo: informar continuamente sobre la historia del futbol en todo el mundo y además otorgar reconocimientos anuales los que merecen ser recordados y reconocidos; no sólo jugadores, sino árbitros, directivos, entrenadores, etc. Con el tiempo tuvimos nuestra página de Internet (www.iffhs.de) que ha llegado a tener casi tres millones de consultas mensuales de todo el mundo. Fue la obra del tesonero Alfredo Poge.
Pero, los años pasan y llega el momento en que el cuerpo y la mente demandan descanso. Por ello Alfredo decidió dejar su "bebé" convertido en "hombrecito", en manos fuertes y nuevas: las del entusiasta Sheikh Mohammad Bin Sager Algassen, gran conocedor de futbol y una de las autoridades de Emiratos Árabes Unidos.
Siempre he pensado que el futuro del futbol es dejar de "europeizarse" y llevar un impulso continuo a otras regiones del mundo, entre ellas la zona de América, donde vivimos, así como la Península Arábiga (un continente por sí solo), más India, China, la República de Corea , el norte de África y Oceanía. Son ejemplos de progreso humano, económico, y no se diga cultural, con una historia fascinante de muchos siglos…soy de los convencidos que el futbol mundial necesita crecer con inyecciones saludables de entusiasmo de otros continentes, como es el caso de la Península Árabe (no confundirlos con otros países no árabes dedicados a "deportes" menos recomendables)
Pude constatar en visita reciente, que los árabes de la península del mismo nombre, son gente de trabajo, seria, ética; que deriva mucha de su filosofía de los antiguos griegos; que sufrió por siglos la incomprensión y dominación extranjera, y que ahora no sólo ha olvidado esos tiempos, sino que hoy ofrecen trabajos a europeos, generosamente recompensados en sus campos petrolíferos por tiempo limitado, hasta el grado que después regresan a vacacionar. En un mundo materialista, es refrescante encontrar un modo de vivir y pensar que uno creía inexistente. Mi visita a esas tierras fue un descubrimiento.
Lógicamente el deporte en general, y el futbol en especial, es allí elemento básico para la educación de generaciones futuras. Por eso fui de los que aplaudieron que FIFA haya otorgado la sede del mundial de 2018 a Qatar, que es lo mismo que decir Dubai y EAU.
Los europeos no se han dado cuenta cabal de que ha nacido un mundo nuevo para el futbol: Arabia, el norte de África, China, India… Nadie le quita a europeos y sudamericanos su alto nivel de juego; pero el ánimo, las esperanzas y sobre todo la actitud creativa y los recursos materiales para el futuro del futbol como deporte, van a abundar en ese mundo nuevo para el futbol, donde hay una base firme, social y económica, respeto a religiones y tradiciones y que reconoce la importancia del deporte como parte del desarrollo cultural del pueblo.
Por eso, la primera junta de la "nueva" IFFHS se celebró en Ras Al Khaimah capital de Emiratos Árabes Unidos (a una hora de Dubai y sus rascacielos de 91 pisos). Por todas partes, a todos los niveles encontramos gente productiva, que con humildad y deseos patentes de superación buscan impulsar al deporte como medio de crear equipos de trabajo y progreso cultural.
Todos los que formamos el comité ejecutivo de IFFHS (doce representantes de los seis continentes) estamos no por remuneración económica sino porque entendemos el papel del deporte como generador de salud social y económica. Lo vemos como deporte, sin "istmos". Este ha sido el espíritu de IFFHS, ahora dirigido por un estimable Jeque de Emiratos Árabes Unidos, quien coincide con todos nuestros objetivos. Y cabe aclarar, que al igual que el Museo del Futbol en Pachuca, México (con quienes hemos creado una relación de mutua admiración) nuestra labor no tiene nada que ver con obtener utilidades económicas, sino ayudar a la madurez y crecimiento del futbol en el mundo.
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