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Como les iba Diciendo...

CARLOS F. RAMÍREZ

Nuestro futbol a nivel de cancha ha progresado y está en el camino correcto. Pero todavía no fuera de la cancha. Sí, el solo hecho de que triunfen unos cuantos jugadores en ligas europeas es buen síntoma. Pero hay mucho más por hacer. Cierto que hasta antes de los noventas sólo cinco mexicanos habían jugado con éxito en ligas del extranjero: el gran "Pirata" Fuente (en España y Argentina); al "Tití" García Cortina (Vélez Sarsfield de Argentina), Carlos Laviada ("Oviedo" de España) y Manolo Alonso (España).

Pero hemos tenido otros grandes jugadores que nunca jugaron fuera. Sí, se habla de que el mexicano está muy arraigado a su tierra; pero no se menciona que nunca los promovieron quienes mueven nuestro futbol "fuera de la cancha". Es inaceptable que nuestra liga, que se juega desde hace casi 110 años, haya sido manejada con tan poca visión, por la inevitable comercialización del deporte. Me tocó vivir de cerca decisiones increíblemente egoístas y equivocadas, que en vez de permitir que el jugador mexicano fuera a ligas de primera clase fuera del país, los limitaron a que invitaran a nuestro futbol a torneos sudamericanos como el "pariente pobre".

Muchas fueron mis confrontaciones sobre este tema con gente que tenía la manija del futbol; les transmití lo que me dijeron directivos y entrenadores del futbol profesional europeo… intenté (sin éxito) unir mis relaciones con gente como Herberger, Platini y Beckenbauer, con quienes manejaban el futbol mexicano (sin ningún afán de lucro para mí); encontré barreras de estulticia y lo que es peor, de lo que irónicamente llamaron "intereses creados".

Desperdiciamos dos "regalos del cielo": organizar dos copas mundiales de FIFA. Mucha gente como Sir Stanley Rous, Cesarini, Puskas, Yachine, etc., coincidieron en lamentarse que después de dos espléndidos mundiales, con el apoyo de los aficionados mexicanos, sigamos sufriendo por clasificar venciendo al futbol centroamericano, caribeño y del norte de América.

Y es que forma parte de nuestra idiosincracia, que cuantas veces hay un fracaso internacional, en vez de aprender y trabajar duro para corregir los errores, se les va el tiempo en buscar "chivos expiatorios" y despedir a los "culpables" -conservando en su puesto a los "chambistas".

Ningún triunfo en la vida ocurre de la noche a la mañana, ya sean negocios, educación profesional o futbol. Un sabio (Peter Drucker) me dijo una vez una gran verdad: "Ustedes los hispanoamericanos tienen un grave problema: no saben esperar". Y yo agregaría que por eso, en nuestro futbol, rompemos el hilo por lo más delgado (o lo más barato): fracasaron 22 jugadores, despidan al entrenador. Como si los resultados fueran consecuencia de agitar una varita mágica.

No debería sorprendernos esto, pues parte de nuestro futbol se maneja al estilo de ciertos partidos políticos que viven con la idea de que la solución de los problemas está en ignorarlos y ser prepotentes.

Aclaro que soy optimista y todo puede solucionarse si se recuerda que quienes hacen el futbol son los futbolistas y uno que otro entrenador bien intencionado. Hubo y hay gente de pantalón largo que conocí y le hizo bien a nuestro futbol, y me tocó trabajar cerca de ellos, como don Jesús Álvarez y Guzmán (q.e.p.d.) que literalmente salvó a la Segunda División (lo que hoy pomposamente llaman "división de ascenso"); los directivos del Club Monterrey que lo levantaron de sus cenizas desde los ochenta; y clubes como el Pachuca y el Santos Laguna que han logrado mostrar que en la provincia es donde está el futuro de nuestro futbol: en la planeación sus directivos y la ejecución sobre la cancha los jugadores; y no en los canales de TV.

Aclaro: no estoy en contra de los medios de comunicación ni de ganar dinero. (Hay quien dijo que el dinero no lo compra todo: cierto, una de las cosas que el dinero no compra es la pobreza). Pero debe usarse para mantener vivo el espectáculo, darle comodidad a los aficionados; motivar y compensar a los jugadores y entrenadores. Esto me lleva a contarles lo que he aprendido estos últimos cinco años cerca de los Yankees de Nueva York.

En primer lugar los Yankees funcionan como equipo dentro y fuera del campo, que practica humildad y respeto al ser humano (jugadores, técnicos, directivos, a sus seguidores y sus rivales). Es un ejemplo de lo que debe ser un club deportivo profesional. Interés primordial, el público aficionado; enseguida los jugadores, entrenadores y el "manager". En su propia estación de TV, señalan errores, aceptan crítica; se alaba el desempeño de jugadores; en una palabra, humaniza la relación empresa con colaboradores y público.

El concepto de equipo existe, no sólo para el campo de juego, sino en la comunidad. Los jugadores dan lecciones sobre técnica y "trabajo en equipo" a la niñez, en escuelas y ligas juveniles; así como a los minusválidos. Es decir, los jugadores son parte de su comunidad -no sólo en NY sino en pueblos y ciudades del área. El "manager" tiene su programa; contesta cuanta pregunta le hace el auditorio. Yo vivo ese programa de cerca y puedo decirles que por eso, aficionados y jugadores en buenas o malas seguirán apoyando al equipo, dentro y fuera del campo. Y curiosamente: por eso son el equipo deportivo más rico del mundo.

Cfr515@charter.net

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