Qué tal amigos de la gran Comarca Lagunera. Mi silencio se debió a varias razones, la principal, la tormenta que azotó la costa de tres estados vecinos de donde vivo. Excepto por carecer de energía eléctrica por cinco días, no puedo comparar mis molestias con el terrible drama de los 500 muertos y decenas de miles sin hogar en los estados vecinos a Nueva York: Nueva Jersey y Pennsylvania. Nuestra oración va por todos los damnificados.
Por otro lado, durante tres días los políticos tuvieron que dejar de bombardear con sus mensajes. Me pregunto si el lector realmente entiende cómo eligen presidente los vecinos del norte. Es un acertijo, Por eso pienso que podría interesarles, anticipando que yo mismo no acabo de entenderlo ni justificarlo. Verán ustedes…
Primeramente, como en todas partes, los candidatos le dan al electorado una visión teórica de cómo "el votante va a cambiar lo que ayuda a "llevar agua a su molino" (el del candidato, claro). Primero se enfocan a lo que más necesita o interesa al electorado. Puede ser prometer el milagro del señor Romney, que afirma que en dos meses el desastre económico que dejó Bush lo va a componer en sólo dos meses para siempre (según sus palabras tiene algo mejor que el milagro de los panes y los peces, pero no dice qué es), o que los derechos de los ciudadanos van a ser respetados… y que ahora sí se respetará y concederá a la mujer sus derechos iguales a los del hombre. Y cansan con eso del "sueño americano" que nadie ha podido definirlo claramente. Y el rebaño de informadores que insisten que ganará quien tenga el "voto popular" (mayoría de los ciudadanos), cuando en la práctica existe otro voto que vale mucho más, el "voto electoral".
En la práctica, lo que hay es un juego de números y personas. Los decisivos son los "votos electorales", no los "votos populares" (es decir, del pueblo). Si el lector no entiende, le queda el consuelo que tampoco lo entiende la mayoría de la población; o cuando menos no tiene ni voz ni voto de como se origina y manipula. Verán ustedes:
Hay un llamado "Colegio Electoral" (nadie sabe dónde escribirle) formado por "electores" en cada estado, elegidos supuestamente democráticamente (pero en realidad un poco por "dedazo" de los dos partidos). En los guantes blancos de esos electores queda en caso de empate o duda el primer "round" de la elección del presidente.
La constitución del país determina que para elegir al presidente y al vicepresidente se toma en cuenta tanto el voto popular (el del ciudadano que vote en las urnas) como el voto electoral.
Ese voto "electoral" es a veces más poderoso que el popular, ya que quienes forman el "electorado" lo eligen en cada estado los partidos políticos basándose en los "votos electorales" de cada partido, y a su vez dependen de la población de cada estado (más población, más votos electorales). Pero en realidad, quienes votan son los legisladores, y el voto se basa en el partido de su preferencia. ¿Es eso justo? Sí y no, depende del criterio que esté o no influido por cierto segmento de la población -normalmente por los más ricos. En estados no ricos, como Hawaii, Arizona, Alaska, Wyoming y Nuevo México, entre todos sólo pueden aportar ¡cinco votos electorales! Pero otros como Florida, donde abundan millonarios retirados, el voto popular llega a casi 30 votos. Usted dirá. Si a eso se agrega que aunque se supone los partidos no interfieren en influir en el voto popular, definitivamente sí lo hacen.
Ser presidente pues, depende del número de votos electorales, pero en caso que la gente no vote en cantidades suficientes para definir un triunfador, se recurre al voto electoral. Se requiere un mínimo de 270 de los 538 votos electorales, para ser presidente.
En justicia digamos que sólo ha habido cuatro casos en que el voto electoral eligió al presidente. La última vez fue en 2000 cuando Al Gore (Demócrata) ganó el voto popular, pero lo superó George Bush (Republicano) por el voto electoral, gracias a que se supone hubo manipulación "legal" de su hermano, gobernador de Florida. El número de electores por estado depende de la población; así que estados más poblados como California, Texas, Nueva York, Florida, etcétera, son vitales para ganar una elección. Para colmo, si la mayoría de la población se declara por un partido, automáticamente el voto electoral de ese estado elimina totalmente al del otro partido.
Claro, en caso de que aún así no haya ninguno con mayoría, entonces se deja la votación de la Cámara de Representantes. Y usted, ¿a quién le va? Me refiero al candidato, no al sistema…
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