¿Qué interpretación debemos darle al casi inminente regreso del PRI a Los Pinos? (Falta la sentencia y Declaratoria de Validez de la elección presidencial). Después del proceso electoral del 1º de julio esta es la principal pregunta que nos hacemos los mexicanos.
Las respuestas varían según el color con el que se vean las cosas.
En la oposición de Izquierdas hay pesimismo y rechazo sobre todo de viejos militantes expriistas como Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aunque hay voces más sensatas de otros políticos como Arturo Núñez, Miguel Ángel Mancera, Manuel Camacho y Graco Ramírez.
En el panismo se ve madurez institucional y se percibe que los resultados electorales recientes son una secuela del triunfo apretado de Felipe Calderón en 2006, aunque demandan limpieza del proceso electoral y que la alternancia no sea un regreso al pasado autoritario.
Saben bien que aún como tercera fuerza en la elección presidencial, pero segunda en el Congreso (como partido por sí solo) tienen el poder de la legitimación de la elección y una influencia decisiva en la agenda legislativa de la próxima Legislatura. Algo similar al PRI en 2006.
Esto se valora más cuando el candidato presidencial de las Izquierdas AMLO hasta hoy no da muestras de madurez republicana para respetar los resultados electorales y el Pacto de Civilidad.
Considero en respuesta a la pregunta planteada al inicio, que los mexicanos debemos ser optimistas ante el cambio político. La actitud optimista de hoy es algo similar a como millones de mexicanos vimos en 2000 con la alternancia y fin del sistema de partido hegemónico y casi único por más de 6 décadas; un avance en la democracia y una oxigenación a un viejo sistema político.
En una democracia se gana, pero también se pierde, esta es la regla de oro de un buen sistema democrático. Demócratas y Republicanos tienen más de 150 años alternándose el poder en los Estados Unidos que tiene uno de los sistemas de partidos más estable y funcional del mundo.
En el año 2000 los mexicanos entramos a una nueva etapa anhelada por varias décadas, el pluripartidismo y la alternancia política.
El PRI mostro madurez para facilitar la alternancia en 2000, hay que reconocerlo. Fue un proceso que se vino construyendo desde años atrás, a partir Carlos Salinas cuando reconoció en 1989 el triunfo del primer gobierno panista en Baja California, después vinieron más Estados para el PAN. Otro hecho que facilitó el cambio fue la reforma en 1994 al artículo 82 constitucional para flexibilizar los requisitos para ser Presidente de la República. En 1996 los signos de la transición fueron más claros con la ciudadanización del Consejo General del IFE.
Hoy en 2012 los mexicanos debemos celebrar varias cosas con el 1º. de julio:* Las elecciones se realizaron de manera tranquila; * la participación ciudadana del 62% fue superior al 59% de 2000;* se instalaron casi la totalidad de las casillas en el país;* los votos se contaron dos veces, en casilla y en Consejo Distrital cuando se solicitó;* el triunfo del candidato ganador se da con una diferencia de casi 7% (6.6%) lo cual atenúa en mucho un conflicto poselectoral como el de 2006.
Hay que reconocer también que el presidente Felipe Calderón no empleó la maquinaria del Estado para favorecer a su partido. El PRI tampoco ganó el Congreso de manera arrolladora (tiene mayoría relativa en las Cámaras) hecho que lo obligará a negociar las reformas estructurales del país con las bancadas del PAN e Izquierdas.
Enrique Peña Nieto y el PRI deben asumir el triunfo con modestia por varias razones: *Los problemas estructurales del país son muy grades; *el sistema de partidos mexicano, un tripartidismo real sin 2ª vuelta electoral complica mucho los acuerdos en las decisiones políticas fundamentales y en realidad no permite que tengamos un Presidente de la República electo por la mayoría absoluta de los ciudadanos mexicanos en el Padrón Electoral; *Hay también muchas familias agraviadas por las secuelas del ejercicio del poder de policía del gobierno; *algunos gobernadores y alcaldes han hecho de sus territorios "pequeñas repúblicas" con tendencias monárquicas; *la violencia campea en muchas regiones del país.
La evaluación del desempeño de Enrique Peña Nieto será en 2015, en las elecciones legislativas, por ahora hay que respetar el resultado electoral y el fallo próximo del Tribunal Electoral.
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