Comparten misa con Papa
Por: Evlyn Cervantes y Shayra Albañil.
El Papa Benedicto XVI concelebró con el nuncio apostólico y el Arzobispo de León, una misa para 50 personas en la capilla del Colegio Miraflores, que inició a las 8:30 y terminó a las 9:15 de la mañana.
A unos momentos de concluir la misa privada, las religiosas sor María del Carmen Hernández Navarro, leonesa mexicana residente en Lima, Perú, sor María Guadalupe Corte Ramírez catedrática en el Colegio Miraflores y sor Pilar Burgos, superiora general de la Congregación Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, hablan de su experiencia al celebrar misa con el jerarca de la Iglesia católica.
fa.m. ¿Madre qué significó para usted celebrar hace un momento misa con el Papa Benedicto XVI?
Sor María del Carmen.- Fue una bendición de Dios. Dios está en todas partes, la celebración con el vicario de Cristo pues es sentir más a Cristo con nosotros. Es una experiencia de alegría, la misa es una acción de gracias pero celebrada por él, es una acción de gracias donde el señor está presente con nosotros. No podemos decir que Dios está lejos o está cerca, Dios está en todas partes.
¿ A qué hora empezó la misa madre?
- A las 8 y media.
¿Cuál es el mensaje que compartió con ustedes?
- Su mensaje fue un mensaje silencioso de paz porque no hubo homilía, es un mensaje de paz que llevamos en el corazón, un momento de reflexión, abrir los brazos a los demás, él ha venido a nuestra casa, nos ha venido a aceptar aquí, entonces nosotros tenemos que llevar a Cristo a los demás, en el rincón del mundo donde estemos.
Fue un mensaje de un hombre que tiene a Dios con él, porque no nos habló en la misa, fue una misa muy sencilla pero ese mensaje que transmite su persona, es un mensaje de luz.
¿A qué hora llegó usted para participar en esta celebración?
- Yo llegué el domingo pasado de Lima, aquí es la casa y yo estoy en la comunidad, esta mañana llegamos a la capilla temprano a esperar.
¿Cuántas religiosas están congregadas, cuántas participaron en la misa, de dónde vienen?
- 27, mira está la madre general que viene de España y está en Madrid, está una religiosa sor Julia, que viene de Portugal, una religiosa sor Irene que viene de Venezuela, yo que vengo de Lima Perú y el resto vienen de la Ciudad de México, Toluca y la comunidad de León.
¿Qué detalles nos puede revelar del Santo Padre?
- Bueno, es un hombre de un carisma especial, con mucha bondad, es un hombre de paz.
¿Ya lo había visto usted en ocasiones anteriores?
- No, esta es la primera vez.
Madre, usted viene representando al pueblo de Perú, ¿tiene una petición especial qué hacer al Santo Padre?
- Yo pertenezco a la congregación pero traigo en mi corazón al pueblo de Perú, tengo una petición por la fe que tenemos en Lima y en la sierra de Ancash, que es una comunidad pequeña pero que ayuda, trabaja con el pueblo y los pueblos cercanos, nosotros tenemos un apostolado en Lima, es colegio educación.
La petición es para que nos dé esa cercanía a todos a la paz y que la justicia sea para todos porque hay gente muy pobre, gente que necesita alguien que le tienda la mano, entonces que nos ayude a todos a que el Gobierno también apoye al pueblo como lo está haciendo. El mensaje del Papa a nombre del Perú es que nos siga tendiendo su corazón.
¿Como superiora general de dónde ha venido para estar un momento con el Papa?
Sor Pilar Burgos: Yo he venido de España, Madrid, expresamente para recibir al Santo Padre en nuestra casa, sí él ha venido a nuestra casa, qué menos que vengamos a abrirle la puerta ¿no?
¿Qué representa para usted estar hoy aquí?
- Es una alegría pero que yo creo que tenemos que decir que no somos nada, somos unas religiosas como las demás que hemos tenido el privilegio de que el Santo Padre se quede en nuestra casa, que aquí lo importante es el Santo Padre y su mensaje.
¿Cuál es el mensaje que trae usted como representante del pueblo de España?
- Mensaje yo no tengo ninguno, yo tengo una palabra de gratitud para el Santo Padre porque está en nuestra casa y una súplica de una bendición para la congregación.
Si tenemos oportunidad de estar con él, que creemos que sí, evidentemente le vamos a pedir una bendición para nuestra congregación y no solamente para nosotras las hermanas sino para las familias que nos confían a sus hijos, para todas las familias que trabajan con nosotros que son en el mundo más de 1,500 familias que trabajan con nosotros como profesores, como intendencia, como colaboradores y también por el mundo entero.
Hace 20 años las alumnas del Colegio Miraflores fueron formadas en el patio y con espejitos saludaron a Juan Pablo II que sobrevolaba por León ¿qué opina de que ahora sea el colegio donde se hospeda el Papa?
Sor Guadalupe: Ahora tenemos una gracia muy grande de nuestro Señor que nos ha concedido, que no sabíamos por qué vino a nuestra casa, por qué ha sido su voluntad, entonces lo que necesitamos es que abramos todos el corazón a la palabra de Dios, a través de Su Santidad que nos está dando ese mensaje de amor, de confirmarnos en la fe pero no nada más a nosotras que somos religiosas, sino a todos ustedes, a todo nuestro México.
Lo importante es esta experiencia tan grata que tenemos, porque ahora lo tenemos aquí, es un honor para nosotros, esto es un favor de Dios y es un mérito nuestro, pero Su Santidad sabe que ésta es su casa, allí está la bandera, es la nunciatura aquí y lo importante es que todos pongamos el empeño en el mensaje que nos está dando.
Seguramente usted ha participado en una infinidad de misas ¿esta celebración fue distinta?
- La santa misa tiene un valor infinito entonces hemos estado allí con él, viviendo esta alegría con él, que es una acción de gracias también. La santa misa siempre es igual, celebre quien la celebre, Su Santidad o el sacerdote más joven que se haya ordenado, pero el honor de que hayamos participado en la misa que celebró el Padre Santo pues eso es una alegría, una gracia, una emoción muy grande.
Finalmente ¿qué detalles nos puede compartir de la alcoba en la que duerme el Santo Padre?
- Es una alcoba sencilla, está con él la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe, tiene un Cristo en su cabecera y bueno pues allí tiene lo necesario para si quiere escribir.
Yo hoy lo veo muy recuperado, cuando salió de la sacristía se le veía una cara de satisfacción y alegría muy grande.
‘Nos dijo todo con su presencia’
Para la religiosa Olivia Quiroga Barranco, integrante de la congregación Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, ayer fue uno de los días más importantes de su vida desde que consagró su vida a Dios.
Sor Olivia fue una de los pocos invitados que tuvieron el privilegio de estar presentes en la primera misa que ofició el Papa Benedicto XVI en tierras guanajuatenses.
“Estoy contenta, feliz con mis hermanas de sentirnos tan acogidas tan cubiertas por la santidad de nuestro Padre y nuestro pastor.
“En esta misa nos dijo todo con su sola presencia, con su paz, con su amor, con su sencillez que le hace a uno recordar y vivir lo que la fe nos lleva a consagrar la vida que es justo la presencia real de Jesucristo entre nosotros”, dijo la madre.
Fue una celebración breve pero suficiente comentó sor Olivia para que todos los presentes reflexionaran y reafirmaran su compromiso para continuar su misión en la vida religiosa.
“Éramos aproximadamente por muchos 50, evidentemente los concelebrantes los señores arzobispos, nuestro Arzobispo José Guadalupe Martín Rábago y la verdad fue todo muy emocionante el ver también a otros pastores nuestros, concelebrando con el Papa, evidentemente no eran muchos, la capilla es pequeña, es acogedora, yo creo que también le brindó eso, esperamos, a Su Santidad.
“La verdad es que según los dones que Dios da también él pedirá, (durante la misa) también por mi cabeza y de todos pasaron niños, jóvenes, ancianitos todos siempre con la esperanza de que Dios les alcance las gracias que más necesitan, las familias de nuestros alumnos pero también de nuestro México sobre todo”, .
Sor Olivia viajó desde Naucalpan Estado de México, su sede es el Colegio Miraflores en ese municipio.
“Es la primera vez que Dios me concede esta gracia tan especial”, dijo Sor Oliva al salir de la misa que ofició Benedicto XVI.